Entrevista al demógrafo de la USC Carlos Ferrás

«Para asegurar el relevo generacional cada gallega debería tener dos hijos»

Nunca antes habían nacido tan pocos niños en Galicia, unos 46 al día. Los expertos piden un vuelco a las medidas de conciliación. «Criar hijos no puede ser una hipoteca»

La mayoría de las gallegas son madres entre los 35 y los 39 años y tiene una media de 1,1 hijos ABC

P. ABET

Galicia registró 13.522 muertes más que nacimientos en 2017, y el 2018 no fue mejor. El número de recién nacidos en el primer semestre tocó fondo con solo 8.313. La sombra de la despoblación y el envejecimiento se extiende.

—La pérdida de población es el mayor problema al que Galicia debe hacer frente. Las proyecciones de población para el 2030 hablan de una disminución de 230.000 habitantes. ¿Estamos a tiempo de frenar este desolador horizonte?

—Efectivamente es un gran problema para el futuro de Galicia. Yo creo que estamos a tiempo de afrontarlo tomando conciencia de la situación. Es muy importante impulsar cambios y reformas, una modernización y actualización política, económica, social y cultural. Es evidente que con más de lo mismo el futuro es incierto.

—¿Cuánto debería aumentar la tasa de natalidad (el IGE apunta a que cada gallega tiene una media de 1,1 hijos) para remontar estos índices?

—Solo para asegurar el reemplazo generacional tendría que doblarse, es decir superar el 2,1 hijos por mujer. Esto es imposible en una sociedad tan envejecida como la gallega. De ahí que el freno a la emigración de jóvenes y adultos en edad reproductiva debe estar acompañada de políticas avanzadas de atracción de nuevos habitantes; pero la cuestión es para qué, cómo, en qué se van ocupar, cuándo, en donde y de qué van a vivir.

—En el horizonte del 2030, más de 33 por ciento de los gallegos serán jubilados. ¿Una peligrosa herencia?

—Pues a ver cómo se financian los servicios públicos, la educación, la sanidad, las pensiones... Las cargas sociales van a ser crecientes en un escenario en que la esperanza de vida se aproximará a los 90 años. Más recursos para mantener hospitales, centros de salud, atención a la dependencia...

—La falta de empleo estable y de calidad es la una de las razones más comunes para retrasar e incluso aparcar la maternidad pero, ¿hay también un cambio mental? ¿crece el número de adultos que eligen no tener hijos?

—Está muy relacionado. No tenemos un ambiente social, laboral, cultural, que facilite la maternidad y paternidad. La conciliación real entre trabajo y crianza de los hijos es muy difícil. Tenemos unos horarios de trabajo muy complicados y resulta imprescindible ir hacia los horarios europeos de acabar la jornada a las 5 o 6 de la tarde. El mercado de trabajo cualificado es escaso y altamente competitivo, muy dependiente del sector público, lo que conlleva a que exportemos jóvenes cualificados empobreciendo el tejido productivo y el dinamismo social y cultural.

—¿Qué se esconde detrás de esta crisis demográfica?

—Una sociedad acomodada, de pequeños propietarios de tierra, de viviendas, muy envejecida, con mucha dependencia del sector público, reacia a las reformas y cambios. Donde se vive muy bien si tienes un salario digno, pero donde los jóvenes no tienen un futuro claro ni facilidades para crear una familia o criar hijos.

—¿Cuáles son las ventajas de una sociedad joven?

—La ilusión social, la predisposición al cambio, la capacidad de innovar y el dinamismo vital para asumir riesgos.

—En países como Suecia o Noruega, el número de hijos por mujer (alrededor de 1,87) se mantiene estable desde antes de la década de los años 70. ¿Cuál es su modelo? ¿Sería exportable a Galicia?

—La conciliación familiar real, la menor desigualdad social, el mercado de trabajo dinámico y cualificado, las políticas sociales avanzadas, la protección del proceso de crianza hasta la mayoría de edad, la capacidad de anticiparse y planificar el futuro, la definición de políticas realistas a medio y largo plazo, la calidad de la educación, la conexión entre el sistema productivo y el sistema educativo. Galicia actualmente parte de una situación de envejecimiento y escasa capacidad de anticipación y planificación del futuro en la administración pública y en la sociedad en general. Galicia necesita abrirse al mundo atrayendo capital humano, social, financiero, industrial... del exterior con el fin de impulsar un ecosistema social moderno y menos tradicional. Pero para esto tiene que identificar cuáles son sus oportunidades y dónde están; los irlandeses lo saben hacer muy bien y pasaron de ser uno de los países más pobres de Europa a ser el más rico en renta per cápita y doblaron su número de habitantes de 1960 al 2018.

—El verbo conciliar es, pese a todos los avances, difícilmente conjugable. ¿Depende de las empresas mantener el relevo generacional?

—En el norte de Europa existe conciliación. Por qué no existe en Galicia; los horarios de trabajo no lo permiten, la descoordinación entre horarios de trabajo con los centros de enseñanza y los horarios comerciales es muy evidente. Las empresas forman parte del tejido social y cultural y corresponde a la administración pública organizar, planificar, coordinar y regular las actividades diarias. Hay que facilitar y no obstaculizar la conciliación real. Criar hijos en Galicia no puede ser una gran hipoteca de futuro para las madres, padres y familias. Es muy importante proteger y apoyar la crianza ampliando el foco de las políticas demográficas centradas en la natalidad; pensemos en apoyos económicos por hijo hasta la mayoría de edad como en Francia, Alemania, Irlanda...

—¿Qué incidencia tiene la emigración en la hemorragia poblacional?

—Históricamente hemos sido una sociedad de emigrantes por necesidad en un contexto de rural de economía tradicional insuficiente. Actualmente nuestra emigración es de jóvenes y adultos en edad laboral con cualificación en un contexto de envejecimiento, economía urbana de servicios dependiente excesivamente del sector público, viviendo en un territorio desorganizado en cuanto al mercado de la tierra, mapa de municipios y provincias, buenas infraestructuras pero escaso trabajo .

—La cara amable es que Galicia es líder en cuanto a centenarios y supercentenarios. ¿Hacia qué tipo de sociedad nos dirigimos? ¿Cuál será la fotografía en diez años?

—La de un geriátrico social, una sociedad conservadora, dependiente de pensiones y subsidios pero con una calidad de vida que permite vivir más años.

—Lleva años defendiendo la fusión de comunidades para mantener el modelo. ¿Mantiene esta idea?

—Sí, es preciso revisar, reordenar nuestro mapa de municipios y provincias. Es preciso caminar hacia una administración eficiente y destinar los recursos económicos públicos para la dinamización de un Plan de Desarrollo Económico realista con objetivos claros a medio y largo plazo.

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