Navidad

Una Nochebuena sin percebes y con el marisco y pescado por las nubes

El desplome en las capturas a causa de los temporales eleva un 30% su cotización

Los alimentos que suben y bajan de precio esta Navidad según la OCU

Se juegan la vida para poder tener estos manjares en la mesa EFE/LAVANDEIRA JR.

Pablo Pazos

Por las nubes. Así se ha puesto el marisco gallego en plena campaña navideña. El culpable: el mal tiempo. La concatenación de temporales ha dificultado cuando no directamente impedido las capturas de múltiples especies, con el consiguiente encarecimiento del producto. «Hay demanda pero no hay oferta», resume con sencillez Lito Doval, con puestos en los mercados de Vilagarcía y Vilanova de Arousa, al sur de Galicia. «Estos precios no los había visto», comenta Esther Nogueira , vecina de esta última localidad pontevedresa. Relata que hace un par de semanas adquirió centolla a 22 euros el kilo y ahora se la ha encontrado a 40, cuando en fechas navideñas, época del año en el que el marisco marca su pico de precios, no suele pasar de 30-35. La almeja se mueve en esa misma franja, más de 10 euros por encima de lo habitual.

Basta con echar un vistazo a los datos de las lonjas para entender el porqué . En la de Vilanova, por ejemplo, si el lunes se capturaron más de 530 kilos de almejas, el miércoles cayeron a 26 y el jueves apenas pasaron de 20, coincidiendo con el paso de Elsa. Esto hizo que el precio en lonja se duplicara al día siguiente: de 12 a 25 euros. Ayer, en la de Vigo, el camarón marcó un máximo de 161 euros el kilo -el viernes, en El Grove, alcanzó los 174- con la nécora en 82. Más al norte, en Noya, provincia de La Coruña, la almeja fina rebasaba el centenar de euros (111 el precio máximo).

«¿A qué precio le llega al consumidor?», se pregunta Doval. Con el kilo de percebe, cuya captura implica jugarse literalmente la vida, alcanzando los 120 euros recién descargado (en la lonja de El Grove el pasado viernes, donde apenas se depositaron 6 kilos), no es de extrañar que se escuchen cifras como los 200 euros que alcanza en las plazas de abastos. Las olas de nueve metros que trajo ayer Fabien convirtieron su abastecimiento en una quimera.

La cigala, prohibitiva

En Santiago de Compostela, un comprador que prepara la cena de Nochebuena o la comida de Navidad se topa con la cigala a 90 euros el kilo. Y esto sin salir de Galicia. En Vigo, la ciudad más poblada, la centolla ya ronda los 50 euros antes de salir hacia los puntos de venta, con el consiguiente encarecimiento. Los profesionales lo asumen con filosofía. «A los barcos les cuesta salir y faenar, ya sabes que baja el producto», asume, lacónico, Manuel Señoráns, a pie de lonja cada mañana en Vilanova de Arousa. «No es un tema de conversación», reconoce.

Pero sí en la calle, donde el consumidor se encuentra con que un producto de por sí caro se convierte poco menos que en artículo de lujo. Fuentes del sector apuntaron a Efe que la subida de los precios ronda el 30% de media. Y aún queda otra jornada de inclemencias en el mar.

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