ENTREVISTA A EMILIO LÓPEZ, DIRECTOR DE ESCENA

«¿Por qué no se pueden tratar en la ópera temas como el terrorismo?»

Responsable de «La Verbena de la Paloma» que se representa esta semana en la programación lírica de La Coruña, explica su visión del sector

El director de escena Emilio López, en La Coruña IAGO LÓPEZ

José Luis Jiménez

La pandemia y sus derivados han tenido como efecto colateral en la Programación Lírica de La Coruña que la única obra representada sea «La Verbena de la Paloma» , en una doble función en el Teatro Colón (viernes y sábado) cargada de sorpresas y con absoluto acento español. A los mandos de la producción escénica estará Emilio López, valenciano de nacimiento pero de genética gallega. «Mi abuela es de Castro de Rei, mi familia de Lugo y dos hermanos míos nacieron aquí». No ve el momento de levantar el telón y poner fin a un año de sequía laboral . «No sabes cómo afrontarlo» e incluso «te entran crisis existenciales y te preguntas si debes seguir trabajando en el medio». «Anímicamente te toca mucho», admite en una conversación con ABC por videollamada desde los mismísimos pasillos del Teatro Colón.

López forma parte del sindicato de artistas líricos españoles, desde el que ha pulsado las penurias que muchos integrantes del universo lírico nacional —desde intérpretes a directores y técnicos— han sufrido durante la pandemia y el consiguiente cierre de teatros grandes y pequeños. «Todos los artistas nos hemos visto con el culo al aire» y «entramos en una espiral de normalizar la precariedad que hay en la lírica» frente al respaldo «institucional» que hay en otros países. «Vivimos al día, y es complicado que con el trabajo que hay se pueda tener un colchón económico», asegura, «la gente se ha visto sin nada». De ahí que celebre «la valentía que están teniendo los teatros españoles de tirar para adelante y abrir, pero no ya el Real o el Liceu, sino que es loable de manera brutal que La Coruña y Oviedo, más pequeños y con menos presupuesto, quieran programar ».

A su juicio, hay una demanda de cultura en la sociedad. «¡Es que la gente viene a los espectáculos!», al tiempo que reprocha que se abriera la mano con la hostelería y la restauración mientras se endurecían las condiciones para los teatros. «No sirve de nada guardar la distancia de seguridad en el teatro si luego en el metro van todos pegados». Lanza además un mensaje a muchas administraciones que están detrás de programaciones culturales a nivel local o provincial: «La gente que nos dedicamos a la cultura también comemos , y cuando se cancela algún concierto entras en un efecto dominó, empiezas a arrastrar cosas, impagos, y se genera una angustia innecesaria».

¿Es frívolo hablar de ópera en el actual contexto sanitario? «Creemos entonces tres categorías profesionales, médicos, profesores y los que trabajan en los supermercados abasteciéndonos», ironiza, «hay que ser serios. La cultura parece que no es esencial pero luego todo el mundo la consume ».

¿Clásico o moderno?

El eterno debate en la escenografía. ¿Innovar por innovar? «A la gente le gusta lo clásico y yo no saco las cosas de contexto por un gusto personal. A nadie le gusta que le retoquen lo que ha creado, es una falta de respeto», considera, «no hay que estar siempre renovando ideas». «¿Por qué narices hay que hacer una Tetralogía como alegato a la ecología y demás pajas mentales?», mostrándose más favorable a que las nuevas temáticas vengan de la mano de composiciones contemporáneas. «El único sitio que lo está haciendo, aunque sea de manera precaria, es la Ópera de Butxaca en Sabadell », reconoce el escenógrafo.

¿Una producción debe necesitar manual de instrucciones para ser entendida? «Si no lo acabas de explicar y la gente no lo termina de entender... No voy a hacer al público tonto, pero es cierto que hay gente que va a la ópera sin haberse informado ». Un caso reciente fue una protestada producción de «I Vespri Siciliani» de Davide Livermore, con quien López trabajó en el Palau de Les Arts valenciano.

«Su idea estaba en un contexto muy justificado, hablando de la mafia. Si en España haces algo parecido y aquí a la gente le entra urticaria. Si se hace una producción en la que se reproduce el Congreso [como ocurría en la de Livermore], no sé que se diría. Si se han tratado en el cine, ¿por qué no se pueden tratar en la ópera temas como el terrorismo de ETA y hacer una producción sobre ese tipo de cosas?».

Su «Verbena de la Paloma» nada tendrá que ver con todo esto. «Como había que cambiar un poco al no haber escenografía, pensé en una compañía de teatro al que le cancelan una obra porque aparece un bicho, como dice Miguel Bosé, y les toca desmontarlo todo, con los decorados en mitad de la escena». Con un reparto formado, entre otros, por Luis Cansino, Verónica Goikoetxea, Borja Quiza o Carol García, habrá sorpresa con la inclusión en su intermedio de una «gala lírica» en la que participarán intérpretes todavía no desvelados por los Amigos de la Ópera de La Coruña. Lo único que pide López es que el público no resuma su producción con un «por lo menos no molestaba». «¡Me sentiría fracasado!», ruega.

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