Luis Ojea - LA SEMANA

Mirando a 2020

Los tres grupos de la oposición han constatado que no existe una alternativa política consistente al gobierno de Feijóo

LUIS OJEA

Apenas se ha superado el ecuador de la legislatura, pero el Debate sobre el estado de la Autonomía de esta semana ha situado ya el foco en 2020. Alberto Núñez Feijoo llevó al Parlamento un primer esbozo de su proyecto político para la Galicia de la próxima década, dejando entrever la posibilidad de que acabe optando a un cuarto mandato. A dos años de esas elecciones, la oposición, en cambio, sigue estancada en el mismo punto que en los anteriores comicios, incapaz de hilvanar, juntos o por separado, una alternativa política al gobierno gallego.

El PSdeG ni siquiera saltó al terreno de juego para disputar el partido. Resulta cada vez más pintoresca e insostenible la decisión de Gonzalo Caballero de vivir de espaldas al Parlamento. Es comprensible que, dadas sus carencias discursivas, sienta pavor a medirse en la cámara con otros portavoces, pero alguien que aspira a presidir la Xunta no puede permanecer eternamente huido. De un candidato se espera algo más. No se puede liderar un partido a tiempo parcial. Y menos un país.

La prioridad de Caballero esta semana no era confrontar programas ante la ciudadanía. Estaba demasiado ocupado diseñando la operación «blindaje personal» para asegurarse, pase lo que pase, la candidatura en 2020. La prisa demuestra la debilidad de su liderazgo. Ese es también el problema de Luis Villares, igualmente enredado en los sainetes de su organización. Tanto que esta semana prefirió dirigirse desde la tribuna de la cámara únicamente a su clientela para asegurarse su continuidad al frente del rupturismo, renunciando expresamente a plantear un relato político para el conjunto de la sociedad gallega. El discurso que llevó al Parlamento demuestra que su prioridad es sobrevivir a la moción de censura interna, la enésima, que han planteado contra él los prebostes del sector crítico de la confluencia. Y ese no es el papel que se espera de quien pretende erigirse en líder de la oposición.

Con En Marea y PSdeG desdibujados, ese rol al frente de la oposición venía ejerciéndolo el Bloque, pero esta semana tampoco Ana Pontón ha estado a la altura. Hemos visto a la peor Pontón de los últimos tiempos, enrocada en tópicos deslavazados , lugares comunes insustanciales y las recurrentes soflamas populistas en las que se ahoga la izquierda de este país. El BNG, como el resto de la oposición, ha evidenciado su incapacidad para articular un relato coherente.

Ese es el drama de los tres grupos de la oposición . Los tres salen tocados de este debate. Los tres, por separado y en conjunto, han constatado que hoy por hoy no existe una alternativa política consistente al gobierno de Alberto Núñez Feijoo.

Un Feijoo que, en cambio, ha recalcado que su equipo sí tiene un proyecto a largo plazo. El relato que el presidente de la Xunta ha llevado esta semana a la cámara no es el de un líder que tiene pensado retirarse dentro de dos años. Al contrario, lo que parece dejar entrever con su discurso es que podría estar perfilando su candidatura a la reelección.

Este Debate sobre el estado de la Autonomía ha servido de alguna manera para marcar un punto de inflexión en la legislatura. A mitad de mandato, el foco se sitúa ya en 2020. Quedan dos años y unas municipales de aquí a allá y en ese tiempo el tablero político puede cambiar sustancialmente, pero la carrera hacia las próximas autonómicas ya ha comenzado.

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