Martínez estrena su venganza y apoya al PP para recortar personal al Bloque

La fragilidad de la «mayoría de progreso» en la Diputación de Lugo fue visible ayer durante las votaciones del pleno de organización de la institución. Casi nada salió como estaba previsto y el diputado «díscolo» y alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, ejecutó su advertencia de votar siguiendo su propio criterio. Desde el primer momento, el veterano socialista no se cansó de repetir que «los pactos están para cumplirse» y el veto de los nacionalistas a su persona, debido a su condición de imputado, les ha salido caro a los socios de Gobierno. De momento, el diputado Xosé Ferreiro, profesor de matemáticas en un centro educativo de Navia de Suarna, se quedó sin dedicación exclusiva, y el presidente de la gestora del PSdeG en Lugo, Luis Ángel Lago Lage, sin una asesoría remunerada de 50.

567, 30 euros.

El cambio de planes se debe a una enmienda del PPdeG para modificar los acuerdos de 2011. Los populares sostienen que las dedicaciones deben ser «proporcionales» y propusieron al pleno que la dedicación del Bloque fuese parcial en vez de completa. Su iniciativa surtió efecto con el apoyo del alcalde socialista de Becerreá. La reacción inmediata de los nacionalistas fue visible. El vicepresidente Antonio Veiga no dejó de consultar el móvil y el diputado Ferreiro trató de argumentar el veto frentista a Martínez debido a su imputación y se refirió a la carencia de «lógica» de esa propuesta del PP, habida cuenta de que cuando Elena Candia llegó al poder«no solo no le rebajó la dedicación exclusiva» que tenía el grupo provincial nacionalista, sino que «le ofreció en aquel momento dos exclusivas». Según el diputado: «No tiene mucho sentido ni mucha lógica este cambio de actitud», dijo Ferreiro, salvo que fuese propuesta con la intención de «poner palos en las ruedas» o para responder a algún tipo de «interés oculto».

La repuesta de Martínez no se hizo esperar y justificó su voto porque «los nacionalistas no saben si quieren el acuerdo de 2011 o el pacto de los 100.000 euros del Partido Popular, porque estamos ante un partido que quiere adelgazar las instituciones, pero arrampla con todo lo que coge a su lado. La institución que adelgace, pero el BNG que engorde», dijo Martínez, quien volvió a decir que no se va «a fiar de un grupo que pone condiciones que no cumple y que sistemáticamente está dando lecciones de moral».

El siguiente desplante fue todavía mayor. Era el momento de votar el personal de los grupos provinciales. y el voto de Martínez con el PP propició que perdieran tres administrativos de apoyo en el grupo provincial, con un coste anual de 71.417 euros, y los cuatro adscritos a vicepresidencia, con una retribución total de 95.222 euros, de modo que solo contarán con dos auxiliares, uno vinculado al BNG y otro a las funciones de gobierno. El vicepresidente Veiga observaba todo lo que ocurría y pidió la palabra para apuntar: «El espectáculo que está dando el PP, con esa persecución al BNG, por algo será. Nos da muchas fuerzas para las elecciones generales y además en un día, está recogido en todos los medios, en que se pone de manifiesto que somos la organización política con más calidad democrática».

Finalmente, la portavoz del PP, Elena Candia aseguró que su partido «seguirá trabajando para todos los lucences y por el interés de la provincia». Además añadió que el nuevo reparto tiene en cuenta la «proporcionalidad» y evidencia la fragilidad del Gobierno.