Las Mareas apelan a la unidad sin resolver sus diferencias internas

Después de varios días de fuego cruzado entre las diferentes trincheras que conforman la Marea, declaraciones plagadas de recados para reprochar los movimientos entre socios y diferencias sobre el cómo y el cuándo elegir a un cabeza de lista para las elecciones autónomicas de otoño, los tres alcaldes populistas se reunieron este martes en Ferrol para hacer un brindis al sol. Pocas dudas despejaron los regidores sobre la evolución de un proceso en el que el tiempo, habida cuenta de que todos sus rivales ya tienen candidato y las maquinarias a punto, empieza a correr en su contra.

El anfitrión Jorge Suárez, el coruñés Xulio Ferreiro y el compostelano Martiño Noriega leyeron un comunicado de apelación a la unidad entre todos los actores que pueden formar la candidatura.

El documento, trufado de lugares comunes como «cambio social», «antídoto contra las políticas de austeridad y secuestro de la democracia» u «horizontalidad y democracia radical», arrojó poca luz sobre los plazos y las caras visibles que representarán el proyecto. La única referencia temporal a la elección de un aspirante fue la petición conjunta de que se convoque una asamblea en el mes de julio «en día y lugar por determinar» para que se decida el calendario de trabajo.

La primera de las patas de la alianza que fijó una fecha límite para que la coalición tuviese un aspirante a la presidencia de la Xunta había sido la líder de IU Galicia, Yolanda Díaz, al sugerir que antes del 25 de este mes esta cuestión debería estar decidida. Esta vez, los alcaldes apuntaron que su idea no es la de tutelar la elección, sino simplemente ponerla en marcha, por eso declinaron marcar fechas concretas a la espera de recibir valoraciones a su llamamiento. Tan poca voluntad por influir quisieron mostrar los regidores que se limitaron a pedir, una vez más, que el líder sea una figura «de consenso». Y en ese «consenso» tampoco hay nada categórico, porque preguntados acerca de si eso significa que esa figura no debería ser militante de ninguna de las facciones en liza, respondieron que la única condición es que suscite un amplio apoyo de las partes, y que eso lo podrían lograr integrantes de alguno de los partidos.

Solo el nombre de Xosé Manuel Beiras sobrevoló el Ateneo ferrolano, y tanto Ferreiro como Suárez evitaron —como habían hecho en días anteriores— expresar que no verían con buenos ojos al veterano líder al frente de la coalición. En cambio Noriega, que se ha presentado como sucesor natural del líder de Anova durante años, sí aprovechó la ocasión para descartarse a sí mismo y a sus dos homólogos en esta batalla. También se desdijo el anfitrión de sus palabras en jornadas pasadas, cuando apuntó que le gustaría que fuese una mujer, pero ayer matizó que sencillamente había expresado «un deseo, sin tener a nadie en concreto en la cabeza».

Aunque el cabeza de lista definitivo salga de un pacto entre las cúpulas, los alcaldes quisieron apuntar que eso no excluye que el proceso se pueda revestir de construido «de abajo a arriba» mediante una votación para que la militancia refrende al presidenciable, o que el resto de la lista se configure mediante primarias.

¿Sin Podemos?

Otra de las incógnitas a las que se enfrenta la entente rupturista es la del encaje que tendrá Podemos en la misma. Aunque en teoría su secretaria general, Carmen Santos, es proclive a la confluencia, prometió que abrirá un debate entre las bases para decidir si concurrirán a las autonómicas en solitario. También sobre esta cuestión se pronunciaron los tres mandatarios locales. Ferreiro subrayó que la convocatoria de era «un llamamiento a la unidad», y que fue la confluencia la que hizo que en las Mareas cosechasen sus éxitos pasados. Suárez se limitó a recalcar el «respeto por las dinámicas internas de cada una de las formaciones, pero insistió en los réditos que les ha dado su matrimonio hasta ahora. Por su parte, Noriega incidió en el argumento de su compañero y apeló a que la hipotética candidatura rupturista será «la única capaz de disputarle la hegemonía al Partido Popular», y entiende que su electorado les está pidiendo que acudan todos juntos a la cita de otoño. «Si alguien se mueve de la foto, pierde él, pero también pierde el proyecto», advirtió.