Juicio Diana Quer

La mujer de Abuín: «No lo veía capaz; ahora evidentemente creo que fue él»

Rosario Rodríguez confirma que su exmarido solía llevar bridas en el coche y una palanca

Rosario Rodríguez, a su llegada a los juzgados de Santiago MUÑIZ

C. Morcillo/P. Abet

No lo miró, ni siquiera de forma involuntaria y eso que llevaban juntos desde que ella tenía 14 años . Rosario Rodríguez Fraga, exmujer de José Enrique Abuín, la que le dio cobertura durante casi año y medio, la que lo creyó sin dudar, ha puesto un muro entre ambos; entre ella y su pasado con él. El día que detuvieron a su entonces marido, su madre la llamó por teléfono: «Tu casa está saliendo en la televisión», le dijo. «Ahí me cabreo, va a ser verdad. Aquí se acabó» , contó Rosario al tribunal que juzga el crimen de Diana Quer en los Juzgados de Santiago.

Rosario contó cómo fue la tarde y la noche en las horas previas al secuestro y crimen de la chica. Destacó una y otra vez la normalidad con la que se comportó su marido, la carrera de atletismo de Cuntis a la que fueron ellos y su hermana y su cuñado, junto con las dos niñas de la pareja; la cena de picoteo, que todos se fueron a la cama salvo el Chicle que se fue «a robar gasóil», según les dijo. De madrugada volvió a su habitación y se acostó con su mujer, dejando de lado como si fuera una anécdota que ya había arrojado a Diana Quer al pozo de la nave de Asados.

Relató que casi un año antes su marido le pidió que contara a la Guardia Civil que aquella noche estuvo con él robando gasóil, que mintiera porque lo querían «culpar de algo que no había hecho». Según ella, no hablaron directamente del crimen de Diana, pero sí lo comentaron en la fábrica de conservas en la que ambos trabajaban. «No me imaginé que él pudiera hacer eso. No le veía capaz; ahora evidentemente creo que fue él».

Rosario habló sobre la supuesta violación de su hermana gemela cuando aquella, Vanesa, tenía 17 años; sobre su vida en común con Abuín del que «solo conoció dos infidelidades», sobre su carácter. Y aportó dos elementos reveladores: su marido llevaba siempre bridas en el coche, tantos blancas como negras (la acusación sostiene que estranguló a Diana con una brida) y también lo que ella llamó un desmontable, junto a él en el coche o en el maletero. Se refería a una palanqueta con la que las acusaciones creen que forzó la tapa del pozo para esconder ahí el cadáver de la joven .

Rosario, aquella noche del 30 de diciembre, horas antes de que Abuín llevara a la Guardia Civil hasta la tumba de agua de Diana, se libró de la prisión. Decidió contar la verdad y quedó en libertad . Desde la cárcel él siguió pidiéndole que le esperara, pero ella ya tiene otra vida de la que Abuín ha sido excluido. Entró en la Sala con paso firme, arreglada y mirando al frente y salió igual. Sin mirarlo, sin vacilar en sus palabras pese a haber convivido tantos años con un cazador.

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