El portavoz Parlamentario socialista, José Luis Méndez Romeu, en su despacho
El portavoz Parlamentario socialista, José Luis Méndez Romeu, en su despacho - Miguel Muñiz
Entrevista| Primarias PSdeG

José Luis Méndez Romeu: «Es necesario abandonar la guerra civil para construir una alternativa»

El aspirante considera que si en el proceso interno «hay actuaciones incorrectas va a ser difícil explicarlo»

Santiago Actualizado: Guardar
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José Luis Méndez Romeu afronta el desafío de convertirse en el candidato socialista a la Xunta y concurre a las primarias con la vitola de favorito. Acumula una dilatada trayectoria de servicio público en todas las administraciones y con ese bagaje aspira a «unificar el PSdeG» y a «liderar el centro izquierda gallego»

—¿Resultan molestas las etiquetas con las que se adornan a los candidatos en esta campaña de primarias?

—Yo estoy planteando una campaña para el objetivo final, que es ganar las elecciones autonómicas. Entonces, yo quiero trasladar, modestamente, que en torno a mi persona se aglutina lo más interesante del PSdeG porque al final se discuten dos alternativas: la resignación que, con todo respeto, representan los otros candidatos; o el futuro que significa gobernar la Xunta.

Esto no va de ganar cuotas de poder internas, sino de posicionarse en la sociedad como una alternativa hegemónica en la izquierda.

—¿Y cómo combate y refuta el argumento de que es un funcionario de la política o un candidato de transición?

—En primer lugar, seríamos la única organización que desprecia la experiencia a la hora de tomar una decisión para encabezar una candidatura. Yo he tenido la experiencia de formar parte de gobiernos que han dejado una huella indeleble en la historia de España, tanto en La Coruña, como en Galicia y en España. Respecto a otros comentarios de carácter personal me parecen irrelevantes.

—¿Dónde radica su fuerza y su ilusión para encabezar la candidatura socialista?

—Primero en el clamor que yo escucho en muchos afiliados de toda Galicia. Es necesario abandonar la guerra civil en la que vivimos desde hace muchos años y enfocarnos de nuevo a dirigir la alternativa de gobierno. En segundo lugar es que Alberto Núñez Feijóo deja una Galicia con problemas crónicos y el presidente ofrece más de lo mismo para el futuro. También ante la convicción de que las mareas y Podemos han fracasado como opción de gobierno en el poco tiempo que llevan en la gestión municipal.

—¿La fuerza del PSdeG en algunas ciudades fue y es incompatible con un proyecto gallego?

—Yo creo que el gobierno de González Laxe tuvo actuaciones extraordinarias y el gobierno de Pérez Touriño tuvo actuaciones excelentes, por ejemplo, niveles de empleo inalcanzables a día de hoy y niveles de inversión que no admiten comparación.

—¿Los liderazgos locales son un peaje para el proyecto gallego?

—Galicia es un país pequeño, pero con administraciones en planos distintos. La Xunta maneja 10.000 millones de euros al año y tiene capacidad regulatoria. Yo lamento la visión sesgada de la vida local. El Gobierno gallego ha fracasado en las políticas urbanas. La hegemonía de la Xunta no puede ser frente a los demás poderes.

—¿El apoyo de veteranos como «Pachi» Vázquez , José Blanco y Abel Caballero se pueden convertir en un peaje para usted y su proyecto?

—Lo que está habiendo es una reflexión. Hay una preocupación compartida de que estamos en un momento difícil y que la respuesta no es dejarnos llevar y aceptar que hemos perdido el apoyo de la gente. Entonces, muchas personas aseguran que es necesario cambiar de actitud, hay que tener ambición y es viable hacerlo. Yo no entro en el debate interno, esto no tiene interés.

—¿Confía en la limpieza del proceso electoral interno? ¿Tiene las suficientes garantías?

—Prefiero no contestar en detalle. Es decir, el proceso comenzó mal, sin el menor diálogo e incluso con maniobras en la oscuridad, y esto no es bueno. En todo caso, es el proceso del que se dota el PSOE y si se producen actuaciones incorrectas va a ser muy difícil explicarlo ante la opinión pública.

—¿Por qué sector o grupos se siente más acompañado?

—Yo creo que hay una gran transversalidad. En todas las zonas de Galicia en las que he estado la posición es la misma: Ya es hora de que demos este paso. Nadie me habla de líos internos, sino de que ahora es el momento. Hagámoslo. Tenemos delante un desafío histórico. Galicia necesita una posición compartida.

—¿Cómo se puede ilusionar a quienes se resisten a vivir de la historia?

—Las principales medidas que hoy permiten que tengamos un nivel de vida homologable a los países europeos tienen la firma de gobiernos socialistas, pero no podemos limitarnos a mirar los logros anteriores. Hoy tenemos que dar soluciones a problemas distintos. En todo caso, la postura de Podemos hacia nosotros es un esperpento. Los cambios de humor de Podemos son descalificatorios de su propia solvencia política. Podemos no está en condiciones de gobernar España, si eso ocurriese sería una catástrofe para el país. Además, el esperpento que están dando las mareas con esa sopa de siglas incapaces de ponerse de acuerdo sobre sus propias candidaturas no es lo más edificante y la insolvencia de gestión es para salir espantados.

—Sin embargo parecen aliados necesarios para el PSdeG.

—Evidentemente, el voto de los ciudadanos es el que determina el tipo de gobierno. Si el voto de los ciudadanos determina que debe gobernar la izquierda hay que hacer lo imposible por entenderse.

—¿Le molesta que lo identifiquen con el ala derecha del PSOE o que le llamen españolista?

—A mí no me molesta que digan que soy del PSOE. Esa etiqueta se la adjudicaban a Indalecio Prieto y la historia lo ha reivindicado. Por cierto, soy gallego y español y a mucho orgullo. Defiendo una España solidaria, integradora y plural. La gente quiere afianzar los vínculos con los pueblos de España y con Europa.

—¿Le gusta Galicia? ¿Conoce la mayoría de los concellos?

—Creo que tengo una visión clara de los distintos territorios y de los desequilibrios internos. Galicia tiene enormes diferencias internas, pero con muchas potencialidades. Nuestro problema es que no hay niños y hay poca gente joven y esto tiene que ver con las oportunidades. Basta pasear por el país para saber qué necesita.

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