La inquietud por el coronavirus se contagia al textil y a la automoción

Si la fábrica del mundo estornuda, la economía global se resiente. La epidemia del coronavirus ha puesto en cuarentena a millones de personas en China y la actividad productiva del gigante asiático se frena . Los mercados bursátiles internacionales vivían esta semana su mayor caída desde la crisis de 2008, ante el temor de los inversores a la rápida propagación del virus en el mundo. En Galicia, la Confederación de Empresarios (CEG) asegura que la preocupación es «moderada» . Sus dos principales motores económicos, el textil y la automoción, podrían ser los más afectados debido a su vínculo comercial con China.

«El petróleo ha bajado, el comercio se está resintiendo, la Bolsa da pérdidas importantes, todo esto nos afecta y está creando mucha inseguridad», explica Antonio Fontenla, portavoz de la patronal gallega. La semana pasada el responsable del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) en Galicia, Sergio Prieto, ya alertaba de que se percibía una cierta «ralentización» en las relaciones comerciales entre la Comunidad y China. Durante el año pasado, Galicia importó del gigante asiático productos por valor de casi 980 millones de euros. Muchos de ellos son materias primas, como telas o acero, imprescindibles para las empresas gallegas. Si las fábricas pasan mucho tiempo a medio gas en China, las compañías autonómicas podrían empezar a tener «problemas de suministro», indica Fontenla.

El textil podría ser uno de los sectores más afectados. «En la ropa de la temporada de primavera-verano puede ser que algunos pedidos no lleguen . En China ha habido un parón tremendo», explica Alberto Rocha, secretario general del clúster del textil gallego, Cointenga, que agrupa a 150 empresas del sector entre las que se encuentran compañías tan importantes como Inditex, Adolfo Domínguez o Bimba y Lola, entre muchas otras. Rocha matiza que la crisis del coronavirus va a afectar más a los prendas básicas y a las cadenas de low cost. «Inditex va a estar menos afectada que Primark», ejemplifica. El grupo fundado por Amancio Ortega prácticamente no cose en China y apuesta por países como Turquía, Marruecos, Túnez o Portugal. La mayoría de las empresas textiles gallegas también producen en esos mercados, pero no todas. «Conozco alguna marca que fabrica toda su producción en China que podría tener serios problemas», indica el secretario general de Cointega. «El sector está muy alerta, aún sabiendo que en Galicia no es la parte que va a salir peor parada», explica.

Pese a que en los últimos años los talleres del textil gallego se han desplazado desde Asia a mercados algo más próximos, siguen siendo muy dependientes de China. Las telas continúan produciéndose en el país más afectado por el coronavirus y viajan hasta estos nuevos centros de producción para dar forma a las prendas. «Si te falta un elemento, toda la producción se paraliza», indica el portavoz de la CEG, Antonio Fontenla. Durante 2019, según los datos del Ministerio de Industria, Galicia importó de China mercancías del sector del textil y la confección por un valor algo superior a los 224 millones de euros.

Para Alberto Rocha la crisis del coronavirus podría también generar otra reflexión en el sector de la moda. «Va a generar la idea de que hay que escapar de lo poco sostenible que supone estar consumiendo ropa de usar y tirar permanentemente , de bajo precio y que habrá que ir evolucionando hacia un producto más duradero, de más calidad». Sin embargo, ve poco probable que tras la deslocalización la fabricación vuelva a Galicia. «A la hora de la verdad el consumidor no está dispuesto a pagar esa diferencia de precio y lo cierto es que no hay una diferencia de calidad del producto que se hace aquí o en otro sitio», considera. De hecho, explica, en los últimos años los costes de producción en China se han incrementado y ya es un país «caro» para muchas marcas, que optan por lugares en donde los empleados cobran aún menos, como Vietnam, Camboya, Bangladesh o «Kenia, el bajo coste extremo».

Desde la patronal del metal, Asime, se ha reconocido también que la paralización en China se está empezando a notar en el acopio de materiales o la gestión de componentes como los de automoción, la maquinaria o la extrusión de aluminio . Los empresarios esperan que la crisis sanitaria se solucione pronto. De no hacerlo, sí podrían surgir problemas serios de desabastecimiento. De todos modos, el Clúster de Empresas de la Automoción en Galicia, Ceaga, se muestra algo más optimista. «El coronavirus está teniendo un impacto importante en la fabricación y venta de vehículos en China. De este modo, todas aquellas empresas gallegas proveedoras que exporten a China se están viendo afectadas», explican fuentes del Ceaga. Pero confían en que la producción y venta de vehículos en Europa , el principal terreno de juego de las más de 130 firmas proveedoras de componentes en Galicia, «se mantendrá estable» con un total de 21,4 millones de vehículos producidos en 2020.