Entrevista al presidente de la Diputación de Huelva

«En Huelva nadie se opuso a que siguiera la papelera»

Ignacio Caraballo lideró la oposición al cierre en 2014 de la planta de Ence en Huelva desde la institución provincial, con el apoyo de los ayuntamientos, la Junta de Andalucía y los partidos políticos

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Ignacio Caraballo
Ignacio Caraballo - CEDIDA

—¿Qué efectos tuvo el cierre de Ence para Huelva?

—Para la provincia de Huelva supuso un mazazo importante. No solo por los empleos directos que se perdieron, sino por los indirectos que genera un complejo industrial como el de la celulosa. En plantilla estamos hablando de unos 330 que, según me cuentan los sindicatos, no salieron mal parados, pero lo más significativo fue la repercusión que tuvo en la provincia, que es inminentemente agrícola o forestal. Hay mucha gente que se dedicaba a la poda, al mantenimiento o al tema de transporte y que se vio afectada. Estamos hablando de unas 1.500 personas afectadas de forma indirecta por el cierre de la planta.

—¿Qué papel jugó la Diputación que dirige?

—No solo trabajamos desde la Diputación, también desde los ayuntamientos.

Todos fuimos de la mano para intentar convencer a la empresa de que no cerrase. No solo estaba en juego una cuenta de resultados, había una situación social que teníamos que salvar. Tuvimos un papel activo desde el punto de vista de la intermediación, intentando convencer a los responsables para que no se tomara esta decisión, y estuvimos en contacto permanente con los trabajadores. Tanto la Diputación como el Ayuntamiento de San Juan del Puerto, que era el más cercano a la fábrica, y el de Huelva participamos en las distintas manifestaciones contra el cierre, viajamos a Madrid para reunirnos con los responsables de la factoría…, pero fue una decisión de la empresa y poco más podíamos hacer.

—¿No hubo división entre partidos políticos?

—Tanto el PSOE, que gobernamos en la Diputación, como el PP, que lo hacía entonces en San Juan del Puerto y Huelva capital, así como IU y los sindicatos estábamos todos en la misma línea. No hubo nadie que se posicionara en contra de esta industria.

—¿Tampoco la Junta de Andalucía?

—La Junta nos apoyó muchísimo, estuvo todo el tiempo de nuestro lado. Habló con Ence. Nuestra intención, la de todos, era evitar que se llevara a efecto el cierre de la planta. Insisto en que en este tema todas las administraciones fuimos de la mano, pese a que no la pudimos evitar.

—¿Era más importante defender la conservación de los empleos o el impacto medioambiental que se pueda derivar de una industria como esta?

—Lo más importante es que cumpla la normativa medioambiental. En Andalucía la norma es muy rígida y entiendo que en Galicia también. Después indiscutiblemente priman los puestos de trabajo, pero no son los únicos factores que deben valorarse. Es muy importante lo que reclame la sociedad y, en este sentido, son los grupos políticos los que la representan. En Huelva lo más importante se valoró que eran los puestos de trabajo y se hizo una defensa. El tema medioambiental estaba cubierto, aquí la norma se cumplía. Nuestra preocupación era conservar los puestos de trabajo.

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