El líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro
El líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro - EFE

Las «heridas» del PSdeG no cicatrizan

El PSdeG enfrenta momentos complicados. La dificultad de sus dirigentes para fijar una propuesta política diferenciada se ve salpicada por el cuestionamiento creciente del secretario general y por una guerra interna constante

Santiago Actualizado: Guardar
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La solemne afirmación de José Ramón Gómez Besteiro, «Vuelve el PSdeG», parecía cargada de un voluntarismo animoso. Llegó a la Secretaría General del Partido de los Socialistas de Galicia con el aura de un «pacificador» y decía estar dispuesto a unir a la «familia socialista», dividida y derrotada en las sucesivas convocatorias electorales. Etiquetado como el «mirlo blanco», cogió el timón con la intención de «coser heridas, porque hay que coser». Sin embargo, tres años más tarde el PSdeG sigue abierto en canal y sus expectativas electorales continúan menguando.

Los resultados de las municipales confirmaron la sensación de derrota. Perdieron casi todo el poder urbano y solo la victoria en Vigo supuso un pequeño consuelo. El líder socialista tampoco pudo exhibir como una conquista el gobierno de tres diputaciones.

Y dedicó el tiempo a justificarse ante sus compañeros y la opinión pública por su imputación derivada de una operación urbanística en Lugo; el «caso Garañón». En paralelo, de manera casi simultánea, salieron del grupo parlamentario por diferentes motivos activos como el exsecretario general, «Pachi» Vázquez, o el exministro, Francisco Caamaño. Besteiro aseguró manifestar su «respeto» ante las decisiones de los militantes, e hizo acopio del refrán «enemigo que huye, puente de plata».

La estela de «Pachi»

Los hilvanes le permitieron seguir salvándose y ahora llegó el momento de la confección de las listas para las generales. Salvo en Pontevedra, donde los militantes dicen que solo va para felicitar al alcalde, todo se confeccionó a su medida. Y así fue para acto seguido producirse la revuelta. El exsecretario general, «Pachi» Vázquez, decidió hablar. No se cortó y el «maltrato a su gente» fue respondido a través de una «reafirmación en el proyecto socialista», pero aderezada con reproches a Besteiro sobre su «incapacidad» para el liderazgo político debido a su situación judicial. Además exigió la convocatoria de primarias para la elección de candidato a la Xunta. La estela de «Pachi» fue seguida por antiguos enemigos. La concejal de La Coruña, Mar Barcón, trasladó a varios militantes su preocupación por la situación, y la teniente alcalde de Ferrol, Beatriz Sestayo —forzada a abandonar O Hórreo—, cuestionaba con un mensaje a través de los medios las formas y el fondo del dirigente socialista.

Entre las nuevas vías abiertas destaca la figura de Juan Carlos González Santín. El diputado, funcionario de carrera, se vio envuelto en una operación «soterrada» que acabó con su salida de la Secretaría del PSOE de Lugo. En la terna de descontentos también figuran el alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, un histórico del socialismo lucense.

Barrido de críticos

Desde la dirección del PSdeG se apuesta por barrer a los críticos. En Orense, el presidente de la Fegamp, Alfredo García, está llamado a reemplazar a los «pachistas». Vázquez lo sabe y no se va a callar. De los suyos recibe críticas por su «cortoplacismo», pero está decidido a ir a por todas. El orensano no olvida las «esquelas» que anunciaban su «muerte política» y tampoco las etiquetas peyorativas que «sólo se hacían para intentar ridiculizarme».

La incógnita ahora es saber cómo se comportará el resto. ¿Será suficiente el despecho para fraguar una nueva alianza? De momento Besteiro va a continuar y parece decidido a demostrar que la juez de Lara no lo va a frenar «porque no hay caso».

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