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Ana Pastor es la nueva presidenta del Congreso - EFE
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Ana Pastor, la gestora eficiente para el Congreso

Es una de las mujeres de la más estrecha confianza de Mariano Rajoy

Santiago Actualizado: Guardar
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Si algo ha demostrado Ana Pastor (Cubillos del Pan, Zamora, 1957) desde que llegó a la política de la mano de Mariano Rajoy es eficiencia. Podrá brillar más o menos, pero con ella los problemas encuentran siempre una solución, incluso cuando en 2011 Rajoy le encomendó la cartera de Fomento en un momento en el que todas las quinielas la daban por segura al frente de Sanidad. Lo mismo que ha ocurrido este martes con su nombramiento como presidenta del Congreso con 169 votos a favor.

Pero Alberto Núñez Feijóo necesitaba un gesto del nuevo Gobierno y pidió un ministro gallego en las infraestructuras para ejemplificar el compromiso del Estado con el AVE a Galicia. Y allí que acabó Ana Pastor.

Cinco años más tarde, ha sido la ministra que más ha invertido en esta conexión ferroviaria, además de gestionar herencias envenenadas como las autopistas de peaje quebradas de la Comunidad de Madrid, reconducir la crisis de Vueling, ejercer de notable diplomática en defensa de las empresas españolas en el exterior o conseguir algo que parecía imposible, hacer rentables a Renfe y Aena.

Zamorana de nacimiento, estudiante brillante y pontevedresa de adopción, comenzó su carrera política en Galicia tras licenciarse en Medicina en Salamanca y especializarse en gestión y planificación sanitaria. En tierras gallegas conoció a su marido, José Benito Suárez. Sus primeros puestos de responsabilidad fueron en el Servicio Galego de Saúde (Sergas), hasta que, llevada por Rajoy, salta a Madrid para acompañarlo como subsecretaria en los ministerios de Educación y Cultura, Presidencia e Interior.

En 2002, Aznar la nombra ministra de Sanidad en sustitución de una Celia Villalobos cuestionada por su gestión en la crisis de las «vacas locas». Tras la inesperada derrota del PP en marzo de 2004, Pastor se convierte en uno de los colaboradores más estrechos de la larga travesía por el desierto de Mariano Rajoy. En 2011, cuando el PP obtiene su mayoría absoluta, nadie dudaba de que ocuparía un ministerio.

Ana Pastor podrá no tener un perfil excesivamente mediático, pero en las distintas encuestas los ciudadanos siempre la sitúan como una de las ministra mejor valoradas. Algunos incluso la situaron en las quiniela para suceder a Alberto Núñez Feijóo en Galicia cuando se especuló con la marcha de este a la política nacional. Su gestión en estos cuatro años al frente de Fomento ha sido incontestable, sobre todo porque, como siempre repitió, se encontró un ministerio lleno de facturas en los cajones que hubo que pagar en mitad de la crisis más profunda de la historia reciente de España.

Su peor momento en la pasada legislatura fue la tragedia del tren Alvia en Santiago de Compostela. Precisamente este martes recibía a los familiares de las víctimas. Ana Pastor resuelve problemas, y Rajoy necesita precisamente a alguien así para un Congreso en el que no tendrá una mayoría clara. Si algo tiene claro es que su amiga Ana lo hará bien.

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