Tomás Fernández-Couto Juanas
Tomás Fernández-Couto Juanas - MIGUEL MUÑIZ
Incendios forestales

«Los gallegos tienen que saber que el incendiario es un delincuente homicida»

«Hechos como los de Portugal tienen que hacernos reconsiderar el peligro que suponen estas personas. Aquí no cabe que sea un padre de familia estupendo», apunta el director xeral de Ordenación Forestal

Santiago Actualizado: Guardar
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Se cumple el primer mes de la campaña especial de incendios y, Tomás Fernández-Couto, director xeral de Ordenación Forestal, recibe a ABC. Por el momento, no hay desviaciones significativas respecto a las cifras medias, y la meteorología está jugando en contra de los incendiarios. Ellos, apunta el director xeral, son el último reducto en una lucha en la que la Comunidad atesora una experiencia de décadas y en la que se han ido ganando batallas conjuntas de la mano de la ordenación y la concienciación. El arrinconamiento social de estos «delincuentes homicidas», sostiene, supondrá el último golpe.

¿Cómo ha empezado la campaña?

Los incendios se están llevando bien y no estamos fuera de lo que podríamos llamar una campaña normal, lo cual es una buena noticia.

A partir de aquí, veremos. Los incendios en Galicia han descendido de una forma importante aunque el número siga siendo tremendamente excesivo: en un día donde el riesgo no es especialmente alto hablamos de 15-20 fuegos, pero el problema es que en situaciones de nordés, cuanto más calor y más baja humedad relativa, es frecuente que el operativo tenga que atender 60-80-100-120 incendios nuevos cada día. Y no hablamos de cuestiones fortuitas; hacemos frente a una fuerte actividad incendiaria que se concentra en esos días de máximo riesgo en los que aumenta la sensación de impunidad de los autores y su capacidad de éxito. Todo el esfuerzo policial y preventivo ha conseguido que en gran parte de los días la actividad disminuya. Ha habido un trabajo enorme para regular administrativamente las quemas y la generación de incendios por esta vía ha bajado muchísimo, pero nos queda el último reducto: una actividad incendiaria que no ha bajado en los días de meteorología extrema. Los gallegos tienen que saber que hay conciudadanos nuestros que están esperando esos días para generar estos incendios. Son delincuentes, porque lo que hacen es un delito, y son homicidas porque sus actuaciones ponen en peligro vidas, las primeras las del operativo de extinción.

¿Falta aislamiento y repulsa social contra los incendiarios?

Creo que estamos en el último escalón y el aislamiento social en este momento es absolutamente determinante. Estamos cerca de mejorar la situación. Y experiencias como lo vivido en Portugal tienen que hacernos reconsiderar el peligro que representan estas personas. Aquí no cabe que sea un padre de familia estupendo... Son delincuentes peligrosos socialmente. Tenemos que tener plena consciencia.

Ha admitido que el objetivo de no superar las 15.000 Ha puede haber pecado de ambicioso. ¿Será posible?

Nuestros objetivos son siempre ambiciosos y no renunciamos a ellos. Evidentemente, las condiciones de cada año los pueden hacer especialmente difíciles. Este es un año donde hay muy poca humedad en el combustible, pero nuestra meta cada día es reducir al mínimo los incendios y apagarlos cuanto antes. Al final veremos cómo se concreta todo este esfuerzo.

Los ayuntamientos transmiten serias dificultades para cumplir su competencia de supervisión de fajas de seguridad por falta de medios. ¿Van a sentarse para buscar soluciones?

Creo que independientemente de las reuniones que hagamos todos tenemos unas responsabilidades y, aun cuando los recursos públicos por definición son escasos, hay prioridades. En otros temas que en su día eran complicados, basuras, saneamientos... se fueron buscando las fórmulas, pero ésta todavía es una asignatura pendiente. A veces es difícil de entender que se haya avanzado tan poco. Pienso que es una cuestión de mentalidad y que hay unas administraciones locales que tampoco acaban en los concellos. No es fácil, es cierto, pero tenemos que ser proactivos y entender que estamos hablando de un problema de primera magnitud.

Sugieren medidas, desde la recuperación de ayudas a labores de limpieza realizadas desde los concellos a vías de expropiación ante propietarios de fincas ilocalizables de forma recurrente. ¿Están dispuestos a estudiarlas?

En esas fórmulas se puede trabajar, pero no podemos perder de vista que hay un consenso político importante reflejado en la ley de 2007 y que la ley, con mucho sentido, dice que no se pueden gastar fondos públicos en eso, que son los propietarios los que lo tienen que hacer y que los concellos pueden hacerlo subsidiariamente a costa de los propietarios. Ahí hay un campo de avance muy grande: no todos los propietarios se podrán localizar, pero sí hay propietarios que se pueden localizar. Hacerlo con fondos públicos no es un planteamiento válido. Otra cosa es que dentro de la realidad de Galicia, en esas parcelas donde es dificultoso encontrar al propietario, o solares donde es difícil llegar, avancemos en fórmulas para favorecer esas acciones.

¿Qué papel juegan las especies pirófitas? ¿Es tan necesario controlar la presencia de eucalipto?

El eucalipto es una especie forestal muy productiva, una fuerte de riqueza indiscutible, además de una auténtica máquina de fijar CO2, fundamental en la lucha contra el cambio climático. Ahora, las cosas hay que hacerlas bien. Tiene que haber una racionalización en los usos, con unas discontinuidades necesarias para la seguridad de las personas. Y es ilegal no cumplirlas. Es que todo lo demás es secundario; me parece monstruoso hablar de otro tipo de intereses cuando se está hablando de la seguridad de las personas.

Las organizaciones sindicales denuncian la ausencia de ofertas de empleo público desde 2003 que se traduce en un índice de temporalidad del 40%. ¿Cuáles son las previsiones?

Tenemos una plantilla estructural, no hablamos de contrataciones según el año, sino que siempre hay el mismo dispositivo. Una cosa es que haya plazas ocupadas por personal interino, pero son interinos de la administración y están ahí. No nos podemos olvidar del periodo del que venimos, y venimos de unos años de unas condiciones durísimas, de aplicar políticas de contención y racionalización del gasto que afectan a todos los niveles de las administraciones. En su momento, y de la forma adecuada, como en otros niveles de la administración, esas plazas estarán consolidadas. Son procesos que son de función pública generales, y al ritmo que vaya la administración general irá también la de incendios.

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