Feijóo pide una «tregua» al comité y lamenta la politización de la huelga

Los sindicatos vuelven a rechazar el cese de las protestas y exigen una reunión previa

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras la reunión semanal del consello CEDIDA

M. NESPEREIRA

Primero, una tregua; después vendrán las conversaciones. El Gobierno gallego tiene claras cuáles son sus prioridades para atajar el conflicto en la Justicia. Después de que el vicepresidente, Alfonso Rueda, se ofreciera a pilotar las negociaciones a cambio de una suspensión en los paros, el presidente de la Xunta volvió ayer a insistir en la necesidad poner un punto y aparte. «Es lo que merecen los gallegos», advirtió Alberto Núñez Feijóo: «Eso y no tener un millar de familiares que lamentablemente murieron y no se extiende acta de defunción».

Ni la administración ni los sindicatos se sienten interpelados a dar un primer paso. En los últimos días, la Xunta mejoró su oferta salarial, Alfonso Rueda anunció su comparecencia en el Parlamento y remitió una carta al comité de huelga en la que mostraba su voluntad de encabezar el diálogo. Las organizaciones sindicales, por su parte, exigen saber primero hasta qué punto puede mejorar su propuesta el Ejecutivo. A partir de ahí, resaltan las fuentes consultadas, se podrá hablar de suspender la huelga.

Justo al contrario que la Xunta. Tras presidir la reunión semanal de su gabinete, Feijóo mostró cierta sorpresa por el hecho de que los funcionarios persistan en «en prolongar el desacuerdo». Lo «razonable», añadió, es que las protestas se den un paréntesis para «hablar y negociar» después. Siempre con dos objetivos principales: «incrementar de media 1.000 euros al año» el salario de los funcionarios, y que estos pasen a cobrar por encima de la media del resto de comunidades. Los sindicatos, en el marco de una negociación «global», demandan una subida que ronda los 2.700 euros anuales.

Sin avances

Con todo, dentro del comité de huelga las posturas siguen siendo inflexibles. «Tregua no va haber», replica su portavoz, Manuel Tejada, en conversación con este diario. Sin señales de que vaya a convocarse una reunión a corto y medio plazo, los sindicatos se parapetan en que las asambleas de trabajadores avisan de que no hay concesiones posibles. «Contra las mentiras y la prepotencia: lucha y resistencia», corea desde la USO Nilo Fernández.

Y mientras la Xunta y los sindicatos están en compás de espera, la oposición intenta sacar réditos de una huelga indefinida que va camino de cumplir, si nada lo remedia, la cuarta semana de vigencia. Feijóo lo expresó con claridad: «El conflicto se ha politizado y los partidos están ahora detrás de él», haciendo referencia a que fue la izquierda quien primero reaccionó al paso al frente de Rueda, en lugar de los huelguistas. «Como dice el refrán: a río revuelto, ganancia de pescadores», reconoce Jose Antonio Sotelo, del CSIF, quien sin embargo lo encuadra dentro de una cierta normalidad:«Siempre pasa». Su organización se dirigió en la última semana a los consejos generales del Poder Judicial, de la Abogacía y de los Procuradores para que presionaran a la Xunta hacia una negociación «seria» y «real».

Las que vayan a producirse en un futuro las gestionará en persona el vicepresidente. A preguntas de la prensa, Feijóo no titubeó ni solo instante a la hora de depositar en él toda la confianza y en avalar su gestión. «Está respondiendo a sus responsabilidades». Por ello, «en ningún caso» se va a plantear su cese. Ni tampoco solucionar un problema de esta envergadura tirando de chequera . Porque eso sería «lo fácil», advirtió el presidente.

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