Detenido en Pontevedra un señor turco de la heroína que hacía vida en su Audi para ocultarse

En el verano de 2008 el Cuerpo Nacional de Policía decomisaba en el puerto de Sitges (Barcelona) 316 kilos de heroína de gran pureza transportados en un velero; el mayor alijo conocido en España hasta la fecha . Entre los cinco detenidos en aquella operación «Teide» se encontraba Sadullah Unnu, alias Nicol, de origen turco y nacionalidad holandesa, bien conocido por de la Brigada Central de Estupefacientes. Ahora, Unnu, al que las fuerzas de seguridad consideran uno de los mayores distribuidores de heroína en Europa , ha vuelto a caer en Galicia, en el marco de una operación desvelada este miércoles, que ha permitido interceptar siete kilos de heroína en el Audi que conducía Unnu y 66 kilos de speed en el domicilio de uno de los 17 detenidos. La operación arrancó en junio del año pasado y ha estado coordinada desde el Juzgado de Instrucción Número 1 de Orense, la ciudad en la que operaba (también en Portonovo), el colaborador local de Unnu: el vilanovés Francisco Javier «Javillo» . Este último es uno de los ocho detenidos para los que el juez ya ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza por un presunto de delito de tráfico de drogas y otro de pertenencia a banda armada.

El golpe sufrido en Sitges y su experiencia en el mundo del tráfico de estupefacientes habían hecho de Sadullah Unnu un hombre esquivo, muy obsesionado con las medidas de seguridad, lo que complicó en gran medida su detención. El capo, ha apuntado La Voz de Galicia, prescindía de teléfonos móviles para evitar ser rastreado, recurriendo en su lugar a cabinas telefónicas públicas y a reuniones cara a cara con sus colaboradores, preferiblemente en zonas despobladas que obstaculizasen cualquier dispositivo de vigilancia. Unnu prácticamente vivía en su vehículo llegando a cubrir miles de kilómetros en una sola jornada.

Antes del golpe de Sitges, Sadullah Unnu había sido detenido por Brigada Central de Estupefacientes en diciembre de 1994, como uno de los líderes del grupo criminal implicado en el tráfico de 118 kilogramos de heroína que fueron decomisados en Madrid. Entonces fue trasladado a Holanda para terminar de cumplir la condena que le fue impuesta en España por este delito.

Quizá la desconfianza acumulada en operaciones anteriores fue la que en esta ocasión condujo al señor de la heroína a manos de los agentes. Su obsesión por el eliminar intermediarios hizo que él mismo transportase en una caleta de su Audi A3 los siete kilos de heroína que pretendía entregar a la red de Javillo. Fue interceptado en un control establecido a tal efecto en el peaje de la AP-9 en Curro, en Pontevedra, cuando se dirigía a Portonovo.