Galicia

Los escenarios del PSdeG

O Caballero se enroca contra el criterio del partido, o aparece un líder alternativo

El secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, aplaude antes de intervenir ante el Comité Nacional del partido EFE

José Luis Jiménez

El gran derrotado de las elecciones gallegas del 12-J no es un rupturismo que se sabía en caída libre y que tan solo aspiraba a uno o dos puestos para Gómez Reino y algún afín, sino el PSOE gallego de Gonzalo Caballero . Su estrategia de agarrarse a la balsa salvavidas de Pedro Sánchez en plena galerna ha acabado en naufragio. «Seré díscolo en la defensa de Galicia», proclamó en las postrimerías de la campaña. Pero nadie le creyó. Demasiadas genuflexiones a Moncloa durante su liderato, escasa capacidad para romper el cordón umbilical . Precisamente será esa defensa numantina de Sánchez lo que esgrimirá ante Ferraz para atornillarse en el sillón de mando la próxima legislatura. Es su único aval, porque si tiene que defender los resultados del domingo electoral...

Ese es uno de los escenarios que se vislumbran en el PSdeG, la cerrazón de Caballero para seguir al frente de un barco a la deriva y al que ha adelantado por la izquierda el nacionalismo , que le va a marcar el discurso estos cuatro años. El anuncio de una conferencia política es humo. El problema del PSOE gallego no es su proyecto (que también), sino su líder: cuanto más lo han ido conociendo los gallegos en campaña, más se iba despeñando en las encuestas hasta la tragedia final del 12-J . Pero es un Caballero, orgulloso y testarudo; como su tío en 1997, buscará seguir como sea en el Parlamento. Paradójico: le llevó dos años ocupar su escaño porque no quería dejar la Universidad de Vigo, y ahora le cuesta regresar a su puesto.

Caballero se enroca

¿Y qué piensa el partido que no es palmero del secretario general? Muchos han optado por esconder debajo de la frase «necesitamos un periodo de reflexión» su profundo malestar con Caballero y su equipo, de cuya validez se duda de manera descarnada. Esperaban que el líder hiciera examen de conciencia y dejara paso a una renovación. Los críticos de Caballero, que hablan sin contemplaciones, tampoco ignoran que no habrá un congreso gallego para una hipotética sustitución del secretario general hasta después del congreso federal del año que viene. Por tanto, no ven necesario quemar sus naves hasta entonces. «Que se cueza a fuego lento» , sentencian, vaticinando que estos primeros meses de legislatura van a ser duros para el líder socialista, con un Feijóo triunfante y una Ana Pontón como auténtica lideresa de la izquierda. Sin embargo, eso no ha impedido que haya movimientos, algunos de ellos públicos, como el del secretario provincial de Pontevedra, David Regades, con un tono crítico con la dirección regional.

Vigo abandona a Gonzalo

La áspera reflexión de Regades dos días después del 12-J solo se entiende de una manera: el pacto de no agresión de Vigo con Gonzalo Caballero se ha terminado. Es decir, el alcalde olívico retira su protección y deja que Carmela Silva se cobre sus deudas con Gonzalo , que se remontan a la época de este en las trincheras de la agrupación olívica.

De hecho, hay quien dentro en el PSdeG ya ve a Silva intentando derribar al sobrinísimo para iniciar su propia carrera hacia el liderazgo del partido, con el aval explícito de Abel Caballero . No obstante, el partido hace memoria y recuerda que cada vez que Caballero y su clan han apadrinado algún proyecto político fuera de Vigo ha acabado por estrellarse: ahí están las primarias de Méndez Romeu en 2016 o las de Susana Díaz en 2017. Caballero triunfa sin matices en su ciudad pero fracasa más allá de Rande con estrépito.

Ya se sabe a qué juega el PSOE pontevedrés. Hoy se reúne la dirección de La Coruña, la provincia donde más afiliados hay en toda Galicia y que cuenta con tres alcaldes urbanos. Valentín González Formoso se caracteriza por su cautela y moderación , esquivando polémicas públicas y resolviendo los problemas de puertas para adentro. Este momento no va a ser una excepción. El PSOE coruñés no está nada satisfecho con los resultados y señala al responsable, pero de nuevo esperará al momento para jugar sus cartas, e incluso plantear una candidatura para liderar el partido.

Y cabría un tercer y remoto escenario, que pasaría por el retorno de José Ramón Gómez Besteiro , el secretario general al que Pilar de Lara impidió concurrir a las autonómicas de 2016. El exlíder tiene esa espinita. Nunca pudo probarse. Y seguirá sin poder hacerlo mientras la justicia no resuelva las distintas causas judiciales en que De Lara lo enterró años antes de caer ella misma en desgracia y demostrarse como una instructora ineficaz y negligente. Es, insisto, harto improbable porque depende de algo tan imprevisible como los tiempos judiciales, pero tendría el apoyo de La Coruña y buena parte de Lugo. Él se confiesa retirado de la política, pero el gusanillo sigue ahí. Al tiempo.

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