Música

Cuadros de un viaje con Orquesta al fondo

Un testigo de lujo narra las interioridades y secretos de la Sinfónica de Galicia en su desplazamiento a Bilbao

Dima Slobodeniouk, instantes antes de subirse al podio ALBERTE PEITEAVEL

Javier Vizoso

Mientras en La Coruña las administraciones local y autonómica discuten con cordial hostilidad por el futuro de su financiación y las hormigas del Palacio de la Ópera disfrutan al fin de unos días libres para gozar de sus atriles sin el estorbo de Stravinski o Berlioz, la Orquesta Sinfónica de Galicia se encuentra de gira en Bilbao , donde participa por cuarto año consecutivo en el festival Musika-Música y al que ha desplazado un total de 109 personas entre personal artístico y técnico y entre los que se encuentran 21 instrumentistas de su Orquesta Joven.

Tras hipnotizar al público de Bilbao con un Pájaro de fuego de cortar la disgestión algunos músicos se preguntaban en redes sociales la noche del viernes cómo era posible que la Sinfónica de Galicia fuese una gran orquesta a pesar la lucha del día a día en el Palacio de la Ópera.

Mientras algunos sueltan vapor en las redes, el personal de producción de la OSG desmonta en poco menos de siete minutos toda la artillería del escenario para cumplir los plazos de esta carrera contrarreloj que es el Musika-Música, en el que se ofrecen más de setenta conciertos en tres días en una especie de 24 horas de Le Mans pero con música en lugar de velocidad e instrumentos en lugar de autos. La paciencia y la resistencia vienen a ser las mismas y, en el fondo, también hay carreras.

La carga de este material que ahora hay que desalojar a toda prisa del escenario se realizó el pasado miércoles en La Coruña y supuso desplazar un total de seis toneladas que ocupan 60 metros cúbicos que hay que encajar a toda costa en el tráiler de 16 metros de largo por algo más de cuatro de alto, que es lo más parecido a enhebrar una aguja con guantes de boxeo.

La comparación es mía: normalmente el jefe de producción, José Manuel Queijo, no acostumbra a quejarse de prácticamente nada, porque es un tipo que tiene el sistema nervioso cableado en acero y que, pese a los tremendos apuros que en ocasiones se viven en lo que viene siendo la producción de conciertos, jamás hemos visto hiperventilar . Además, es una persona de humildad franciscana que cuando habla del trabajo con el que tanto disfruta lo hace levitando a unos 63 centímetros del suelo.

La violinista Carolina Cygan, en un instante del ensayo ALBERTE PEITEAVEL

En el tráiler viajaban también la mayor parte de los instrumentos de la OSG , desde los violines hasta los timbales, pasando por todas las secciones de la orquesta, incluyendo esa especie de sarcófagos egipcios en los que los contrabajos viajan como momias encapsuladas. Además, para esta ocasión hay que sumar las dos campanas de bronce de cerca de 300 kilos cada una y que forman la banda interna de la Sinfonía fantástica de Berlioz.

En el material a trasladar se cuentan además los soportes para los instrumentos de viento y de percusión, así como las bandejitas para los atriles de los instrumentos de viento madera que, por si no se sabía, se usan para ubicar en ellas esos vasitos de agua con los que se humedecen las cañas y para otras cosas típicas de los instrumentos de viento madera en las que normalmente nadie se mete.

A qué se parecen las giras

Después de tantas giras por aquí y por allá uno tiene siempre la vaga sensación de que todas las giras se parecen , aunque unas se parezcan más que otras. Pero nada más lejos de la realidad terca de cada salida: cada gira se alimenta de sus propias neuras, desde qué meter en la maleta para el frío, calor, humedad, ambiente seco, etcétera hasta cómo afectará el ambiente seco, húmedo, templado, de calor asesino a los instrumentos de madera, siempre tan sensibles a los cambios de presión, temperatura, humedad etcétera. Lo dice Juan Ferrer durante un trayecto en autobús cualquiera: «La madera está viva». Por eso hay que probar distintas cañas.

También los hay que están a vueltas con las típicas paranoias sobre si habrá nuevos contenidos que reflejar en el blog On The Road, inaugurado con motivo de la gira a Emiratos Árabes en enero de 2016, o si esta tos no acabará empeorando ahora que estamos expuestos al coronavirus ... (e inevitablemente echas la cuenta de todas las personas con las que te cruzarás, compartirás, saludarás, etcétera).

El contrabajista Risto Vuolane, durante la prueba de la OSG ALBERTE PEITEAVEL

Cada gira, como cada concierto, es diferente dentro de lo parecidas que son en sus preocupaciones y neuras básicas . Y es que siempre pasa algo: recién iniciábamos el jueves la peregrinación de ocho horas largas de autobús a Bilbao nos llegaba de la oficina —donde se encargan de hacer los contratos de los refuerzos, pagar las nóminas y las dietas, además de asegurarse de que no nos llevamos para casa ni el canto de un folio— la noticia de una baja por enfermedad de última hora: nada menos que la segunda trompeta.

Ángeles Cucarella, coordinadora general, aprovecha el trayecto interminable para intentar arreglar el desaguisado con el responsable de la sección. Y no es nada fácil encontrar en unas horas trompetista a la altura del cometido que supone, sin prácticamente ensayos, tener a tu cargo la trompeta II en el dificilísimo Stravinski.

Miles y miles de compases

En una de nuestras últimas giras tuvimos la soberana paciencia de contar el número de compases a los que nuestra archivera, Zita, tenía que poner arcos, que es la palabra con la que se resumen y que aglutina todas las marcas que hay que escribir a lápiz en cada una de las partichelas de la cuerda . Nos salió la astronómica cifra de unos 54.000 compases por hora de música de media, lo que en el caso de las tres horas largas de música en Bilbao suponen unos 162.000 compases que hay que vestir a lápiz.

Al final de todo esto se encuentra el primer ensayo en el Palacio Euskalduna de hora y media de duración y previo al concierto.

Dima aparece en escena con un montón de indicaciones para el trompetista recién incorporado y condenado a sudar corcheas y semicorcheas con su parte.

Siempre me preguntan por ahí por cómo es Dima Slobodeniouk, el titular de la OSG. Pues Dima es muy cercano y, sobre todo, muy resolutivo en los ensayos. Además, le gusta encargarse de planchar sus propias camisas antes de salir a escena. Acostumbra a usar dos por concierto, pero como en Bilbao los programas son de una sola parte, al menos se ahorra un planchado.

* Javier Vizoso es escritor y jefe de prensa de la Orquesta Sinfónica de Galicia

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