Congreso del PP de Galicia: un cónclave con playlist propia

El partido cambia el himno por una selección musical elegida cuidadosamente y con mucho mensaje para quien ponga atención

Feijóo, Casado y Rajoy, en el momento de descender al escenario del Multiusos del Sar MIGUEL MUÑIZ

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Ha sido un congreso del PP raro, sin esos baños de multitudes que tanto le gusta exhibir al centro-derecha gallego y con los que muestra músculo a sus rivales. La pandemia por poco se lleva por delante el cónclave, que huyó de Pontevedra a tiempo para evitar las restricciones y recalar en una Compostela abierta pero lo justo , con un ojo en la evolución de los contagios y otra en la Oficina del Peregrino, a ver cuántos sortean el miedo y confían en Galicia como destino seguro. Según dijo este sábado Alfonso Rueda, esta semana se superarán los 7.000. Un goteo de optimismo en un verano que prometía, hasta que la quinta ola apareció.

Un congreso raro, decía, en el que no había una barra en la que comprar un agua insultantemente fría para combatir la canícula más propia de la Málaga de Moreno Bonilla que la Compostela que conocemos. Y si en el vestíbulo del Multiusos se congregaba más gente de la cuenta, una amable azafata -que no iba vestida de ‘gris’- pedía que se evitaran los corrillos, que mejor bajar a la pista. Por no haber, ni siquiera el espontáneo que se cuela siempre con un cartel de «Alberto, eres el mejor» , a mayor gloria del líder. La pandemia acogota incluso a los muy devotos de la causa.

Algunas cosas no cambiaron. Por ejemplo, una manifestación a las puertas del Congreso . En un acto de generosidad, el delegado del Gobierno, José Miñones, autorizó a cincuenta metros de la puerta del cónclave la protesta de unos sindicalistas por el conflicto que se traen con Política Social y el personal del Consorcio, que prefiere acceso digital a tener que opositar a la plaza. Se lo curraron, eso sí. Batucada incluida para hacer ruido. « Es que en los congresos del PP no puede faltar una orquesta », bromeaba una diputada.

Y ha dejado de ser novedad que en los actos del PP gallego la banda sonora tenga identidad propia, casi como el propio partido . El himno, pues lo justo y necesario, sin abusar. Si habla Tellado, el ‘Sweet Caroline’ de Neil Diamond; si lo hace Feijóo, el ‘People have the power’ de Patti Smith. Las canciones también tienen su mensaje, sobre todo cuando se habla de poder popular con un tipo que lleva empalmadas cuatro mayorías absolutas casi sin despeinarse. Este sábado, la bajada triunfal por las escaleras de Rajoy, Casado y Feijóo estuvo acompañada por el ‘Glory Days’ de Bruce Springsteen. No hay casualidades, ténganlo claro.

Luego estaban los entretiempos, los ratos muertos, donde el pinchadiscos (¿se es muy antiguo si se emplea este término?) se deja llevar por la nostalgia y enchufa en el hilo musical a Raffaella Carrà, Julio Iglesias, Raphael y el ‘Juntos’ de Juan Pardo, que probablemente sea la forma más sincera de homenajear a Fraga .

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