Los jóvenes se concentran ahora en zonas alejadas de las viviendas para evitar las denuncias de los vecinos
Los jóvenes se concentran ahora en zonas alejadas de las viviendas para evitar las denuncias de los vecinos - Maya Balanya

Así se combate el botellón en Galicia

La muerte de una niña de 12 años en Madrid y el ingreso de dos menores en Pontevedra con un cuadro de intoxicaicón etílica ha encendido todas las alarmas. Esto es lo que recogen los distintos reglamentos municipales

Santiago/Vigo Actualizado: Guardar
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Los casos de menores que son atendidos por los servicios sanitarios por consumo excesivo de alcohol van en aumento y esto preocupa y mucho. En Galicia, solo en lo que va de año —hasta el 31 de octubre—, el 061 registró 409 intoxicaciones etílicas entre chicos y chicas con edades por debajo de la permitida para el consumo (18 años). Y es más habitual ver cómo a ellos se les va la mano que a ellas, con 227 por 180 casos. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana dos niñas de entre 12 y 13 años eran hospitalizadas en Vigo y Pontevedra. Una noticia que ha incrementado la alarma social generada tras el fallecimiento de una pequeña de la misma edad a principios de mes en el Hospital 12 de Octubre de Madrid

tras una ingesta descontrolada de alcohol, y que ha reabierto el debate sobre una supuesta laxitud de los poderes públicos a la hora de regular el botellón.

La Comunidad gallega cuenta desde el año 2010 con una Ley de Prevención de Consumo de Bebidas Alcohólicas en Menores que elevó la edad mínima para consumir alcohol en Galicia de los 16 a los 18 años y prohibió su venta a este colectivo. Esta normativa, pionera en su momento, también limitó de forma considerable la promoción y publicidad de las bebidas graduadas y recogió sanciones que oscilan entre los 600 euros y los 600.000 en el caso de infracciones muy graves.

ABC ha hecho un barrido por los distintos reglamentos municipales y esto es lo que recogen las ordenanzas en la principales ciudades de Galicia. Las multas a las que se enfrentan los infractores llegan hasta los 3.000 euros, como en el caso de Vigo. Además, no hay que olvidar que cuando se trata de menores son los padres o tutores los responsables subsidiarios.

Santiago: Del parque al piso

En Santiago, ciudad universitaria por excelencia, la normativa antibotellón —al amparo de esta legislación autonómica— es una de las más restrictivas. Atendiendo a la Ordenanza de Convivencia compostelana, está prohibido el consumo de bebidas alcohólicas en la vía publica con especial incidencia en casos en los que, «por la morfología del lugar público, este consumo se pueda realizar de forma masiva o invitar a aglomeraciones». De esta limitación quedan exentas las terrazas y momentos puntuales del año como fiestas o romerías, siempre que medie una autorización local.

La normativa vigente en la capital gallega también establece que serán los padres los responsables directos y solidarios de las infracciones cometidas por los menores «siempre que por su parte conste dolo, culpa, negligencia o simple inobservancia».

En la lucha contra el botellón callejero en Santiago las sanciones se mueven en una horquilla que va desde una infracción leve —sancionada con 100 euros— a una más grave, de hasta 750 euros, en función de las molestias producidas y del espacio donde estas se originen. Y es que en este punto, en Santiago se le concede especial atención a que estos consumos prohibidos de alcohol no se produzcan en los aledaños de edificios y conjuntos monumentales, caso de su casco antiguo. Lo mismo ocurre con las cercanías de centros de salud y hospitales. Estas circunstancias explican que en esta ciudad, donde la vida universitaria marca el ritmo, el botellón se haya trasladado en los últimos años de los parques y jardines a los pisos de estudiantes. Solo un año después de la puesta en marcha de la Ley de Prevención autonómica, las intervenciones de la Policía Local en domicilios se incrementaron hasta superar las 200.

Vigo: Sanciones de hasta 3.000 euros

Hacer botellón en Vigo de espaldas a la ordenanza municipal puede salir muy caro, pues las multas en el caso de la ciudad olívica oscilan entre los 300 y 3.000 euros. Así lo recoge la ordenanza aprobada en 2009 con el objetivo de regular la utilización de los espacios públicos para evitar usos excluyentes y abusivos. La ordenanza municipal de la convivencia ciudadana y el ocio recoge entre las infracciones graves las concentraciones de personas que alteren la convivencia y el descanso, como es el caso del botellón. Además, prohíbe la venta de alcohol en las vías o espacios públicos, excepto terrazas y eventos culturales y festivos autorizados. En el caso de que las infracciones sean cometidas por menores de edad, refleja la «responsabilidad civil de padres y tutores».

En este caso, si antes el botellón llenaba la Plaza de la Estrella de jóvenes, ahora el punto de reunión de los viernes y sábados por la noche se ha trasladado al Casco Vello. Precisamente, en cuanto a localización, la más restrictiva a la par que simple es la ordenanza en Pontevedra, donde está prohibido el consumo de alcohol en la calle más allá de las 12 de la noche salvo en el aparcamiento del recinto ferial, un espacio alejado del centro urbano.

La Coruña: Reivindicación vecinal

No sin pelear, algunos de los vecinos de las zonas donde tradicionalmente quedaban los jóvenes para beber en La Coruña no lo dudaron y, ante el ruido y el malestar que provocaban las reuniones en torno al botellón, se echaron a la calle para reclamar una ordenanza que regulase las conductas ante el ocio y el esparcimiento en el espacio público. En 2008 ganaban la batalla, tanto que hoy las zonas donde se concentran los jóvenes en la ciudad son los Jardines de Méndez Núñez. Una normativa muy similar a la de Vigo y Santiago que también prohíbe las «concentraciones de personas en la vía pública que alteren la normal convivencia ciudadana, salvo que cuenten con autorización previa. Una orden que entra en vigor a las 22.00 horas y se extiende hasta las 8.00 horas. En caso de incumplimiento, el infractor se enfrenta a una multa que oscila entre los 751 y 1.500 euros, al calificarse como grave. Al igual que en la capital compostelana y en la urbe olívica, se contempla la opción de conmutar la multa por trabajos o actividades en beneficio de la comunidad y a propuesta del ayuntamiento.

En todos los casos quedan excluido de la prohibición el consumo de alcohol en las terrazas de los locales.

Orense, Lugo y Ferrol: Sin normativa específica

En ninguno de estos tres casos existe una normativa específica que regule la celebración del botellón, si bien es cierto que Orense, Lugo y Ferrol son las ciudades donde menos incidencias de este tipo se detectan y menos quejas se registran. En Lugo, donde está en redacción una normativa al respecto, es habitual ver grandes concentraciones de jóvenes durante las fiestas en sus parques y en Orense sigue siendo la Alameda el punto de encuentro por excelencia para beber en la calle. Si bien, en este último caso llama la atención el número de expedientes sancionadores por consumo de alcohol tramitados por el Ayuntamiento de As Burgas, un total de 69 de los que 43 involucran a menores, cifras similares a las que arroja el balance de todo el 2015. Las multas en este caso se establecen en los 300 euros que la mayoría permuta por trabajos sociales.

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