Fintán, tras la entrevista con ABC
Fintán, tras la entrevista con ABC - IAGO LÓPEZ
ENTREVISTA A ESTHER FONTÁN / AFECTADOS POR INTRUSISMO MÉDICO

«El cierre de la clínica de Coté se ordenó en 2002, pero nunca llegó a ejecutarse»

Los expacientes del falso médico ferrolano siguen en pie de guerra a espera de un juicio sin fecha ocho años después. «Nos sentimos indefensos», alegan

Santiago Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Esther Fontán es la presidenta de la organización de Afectados por Intrusismo Médico, una plataforma con ocho años de vida y más de cien miembros que responden a un mismo perfil. Todos ellos pasaron por la consulta del falso médico ferrolano José Manuel López Pérez, Coté. Después de un via crucis judicial que mantiene las denuncias de estos expacientes en fase de instrucción y coincidiendo con la presentación en La Coruña del nuevo Estatuto de la Víctima del Delito, Fontán desgrana para ABC las claves de uno de los casos más sonados de la crónica gallega y pone voz y cara a los damnificados.

—Después de ocho largos años, ¿todavía no hay fecha para el juicio?

—No, llevamos dos años esperando el cierre de la instrucción y ya estamos hartos porque van ocho años y dos meses.

Se retrasa porque Coté lo recurre todo, hasta la coma. Eso implica que la jueza tiene que resolver el recurso en cuestión, dar traslado a todas las partes, que las partes aleguen, que el fiscal alegue... y así estamos, eternizándolo todo. Es un juzgado de Ferrol, pequeño y sin apenas medios, y esto es una macrocausa.

—¿Cuántas partes están personadas en el caso por los tratamientos que el falso médico, presuntamente, les suministró durante años?

—Concretamente no lo sé porque desconozco la gente que está con otros abogados. Echando cuentas a vuela pluma calculo que somos sobre unas 140 personas. No todos son de la asociación de afectados porque hay compañeros que ya habían denunciado antes. También hay gente que no nos conocía y contrató abogados propios, pero la mayor parte de los denunciantes, el 90 por ciento, sí están en la asociación.

—¿Cuál fue el origen de la plataforma?

—Surgió a raíz de la primera detención de Coté, el 6 de febrero de 2008. Enseguida la prensa empezó a buscar víctimas y dieron conmigo, así empezó. A principios de marzo de ese año ya teníamos el germen de la asociación montado. Tardamos un año y pico en ser los que somos, unos 130 más o menos.

—Las historias de todos sus miembros responden a un mismo patrón...

—Sí, inicialmente Coté seguía una misma pauta con todos sus pacientes, pero sus prácticas se fueron recrudeciendo con el tiempo. Cada vez se volvió más agresivo en sus prácticas. Al principio no operaba, simplemente eran manipulaciones y alguna que otra inyección. Después empezó a hacer operaciones quirúrgicas más importantes. En cuanto a los diagnósticos, nunca eran de bronquitis ni de cosas así. Siempre hablaba de enfermedades muy graves, degenerativas o terminales. La táctica de él era que entrases, porque su nombre sonaba, y a partir de ahí tumbaba y rebatía el diagnóstico con el que ibas. O te lo agravaba hasta el extremo. Si tenías un diagnóstico banal, como el mío que era de colon irritable, a los dos meses de estar allí ya me dijo que tenía los indicadores tumorales muy elevados. Te metía miedo en el cuerpo. Si tú tienes un dolor y te inyectan cortisona y anestésico, mejoras. Pero a la semana tienes que volver a por otra dosis. Nosotros éramos unos yonquis y así de claro lo digo porque nos metía medicamentos para pasar el dolor, no para curarnos.

—¿Cuánto dinero llegaron a desembolsar en estas consultas?

—Ni lo sabemos, nos dejamos lo que teníamos y más, porque ha habido gente como yo que ha pedido préstamos y que ha hipotecado su casa. Pagábamos lo que hiciera falta, porque para nosotros era un buen médico y eso nadie lo desmintió en 15 años de ejercicio y en plena ciudad de Ferrol. Yo me pregunto por qué nos dejaban ir ahí. Lo que le echo en cara a la administración es por qué dejaron que ocurriera durante tanto tiempo cuando había una orden de la Xunta de 2002, que fue confirmada por el TSXG y por el Supremo, que ordenaba el cierre de su clínica y que nadie ejecutó. Exactamente cuatro años después a mí me dejó en una silla de ruedas. Si esa sentencia se hubiese ejecutado yo nunca habría estado en una silla de ruedas. Él no tenía formación para abrir una clínica.

—¿Conocen ya los resultados de los análisis de los fármacos hallados en los registros de la clínica?

—No, y creo que nunca lo sabremos. Primero nos dijeron que no se atrevían a analizar esos fármacos porque se podía poner en riesgo a la persona que los iba a analizar. Recurrimos esta primera traba y nunca más se supo. Lo que van a aportar es la prueba del Instituto de Toxicología con lo que encontraron allí, y lo que van a determinar es que no saben en qué cantidades ni cuántas veces nos fue suministrado lo que encontraron. Y ahí nos dejarán.

—¿Cómo se encuentran ahora, a nivel físico, los afectados?

—Tenemos los parámetros analíticos afectados, sobre todo en las pruebas que tienen que ver con el sistema nervioso. También en el tema de plaquetas. Ahora tenemos un forense de parte que ha establecido que la retirada adelantada de la regla en muchas de las expacientes junto con una osteoporosis prematura tiene que ver con una cantidad exagerada de cortisona. Por desgracia, no hay medios ni interés. Y todo sigue fallando porque ese señor está en la calle y cuando nos cruzamos con él nos falta al respeto y se ríe de nosotros. Pero eso no importa porque la dignidad de las víctimas está para patearla.

—Como presidenta de la asociación de afectados se ha enfrentado a varias denuncias interpuesta por el propio Coté...

—Cargo con la asociación, con mi propio padecimiento y además me he enfrentado a siete denuncias y un juicio por las querellas que me interpuso. Al final estoy haciendo el trabajo de la justicia y estoy agotada. Las víctimas nos sentimos muy desprotegidas porque el trabajo de investigación lo estamos llevando a cabo nosotros y no nos corresponde. Coté solo ha estado doce meses en la cárcel y va a firmar cada quince días porque así se lo han permitido los jueces. Ocho años después seguimos igual. Será que entre 140 personas nos hemos inventado una historia...

Ver los comentarios