SUCESO

Arrasa la terraza de un bar con su coche por una discusión y se lanza al mar para huir de la Policía

Fingió que se ahogaba para que le rescatara un barco pero ya estaba identificado. Ha ocurrido en Vilanova de Arousa (Pontevedra)

Vista de Vilanova de Arousa (Pontevedra) MIGUEL MUÑIZ

ABC

En Vilanova de Arousa (Pontevedra) tardarán un tiempo en olvidar la escena, digna de una película, que se vivió el viernes por la noche en la localidad pontevedresa de Vilanova de Arousa. En plena Fiesta del Mejillón y del Berberecho, con las calles de esta localidad del Salnés llenas de vecinos y visitantes que disfrutaban del verano, un vecino conocido por haber protagonizado incidentes en el pasado protagonizó una inusitada cadena de acontecimientos que empezaron con destrozos en un local y acabaron con una huida a nado , para estupefacción general.

El viernes era día grande en Vilanova, con actuación de la orquesta Panorama, una de las más afamadas de Galicia, como gran atractivo en una jornada festiva. Mucha animación en el casco urbano y las terrazas llenas, como la de un bar donde el protagonista de esta historia, que recoge Faro de Vigo, se enzarzó en una discusión con el dueño, que le conminó a marcharse ante su actitud violenta. El hombre se fue, pero no tardó en regresar de la forma más inesperada: a bordo de su coche, con el que arrasó la terraza llevándose todas las sillas por delante ; en ese momento, por suerte, estaban desocupadas. No llegó, por poco, a impactar contra la entrada del establecimiento.

A partir de ahí, la huida. El dueño del bar dio aviso de inmediato al 112, que a su vez contactó con la Policía Local. Los agentes disponían de la matrícula del vehículo y el nombre del sujeto, un viejo conocido en dependencias policiales. Le localizaron pocos minutos después, en la zona portuaria, y, ante los evidentes síntoma de embriaguez que presentaba, le indicaron que debía someterse a una prueba de alcoholemia .

En este punto, la historia adquiere los tintes más surrealistas: el individuo, a la desesperada, tomó la salida más estrafalaria, la de arrojarse al mar y alejarse a nado . Siempre según la citada fuente, mientras lo hacía no dejaba de insultar y amenazar a los agentes. Finalmente, tomó una decisión: al observar la proximidad de un barco, fingió que se ahogaba, y logró que los ocupantes lo subieran a bordo y lo trasladaran a otro punto del puerto.

Había conseguido poner tierra de por medio con la Policía, que desistió de seguir jugando al gato y el ratón y se llevó el vehículo , además de proceder a presentar la pertinente denuncia. El protagonista de estos hechos se enfrenta a múltiples delitos: contra la seguridad vial, por insultos y amenazas a los agentes y por los daños que causó en el bar, sumados a las amenazas a su propietario.

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