Los análisis sitúan la calidad del agua en Vigo «al límite» de lo permitido

La Xunta estará «vigilante» después de que los muestreos de la concesionaria detectasen elevados niveles de hierro. El Concello cuestiona las mediciones y asegura que, según sus propios datos, la potabilidad está garantizada

Imagen de la presa de Eiras, que surte a Vigo y su área metripolitana EFE

Z. RIAL

Los primeros análisis sobre la calidad del agua en Vigo y su área metropolitana han vuelto a poner en evidencia las discrepancias entre el Gobierno gallego y el concello olívico. La polémica saltaba a primera hora de la mañana, después de que la Consellería de Sanidade anunciase que las mediciones efectuadas en el barrio vigués de Canido arrojaban unos niveles de hierro por encima de lo recomendado, así como una elevada turbidez tanto en la ciudad olívica como en los municipios de Moaña, Redondela y Soutomaior. La jefa territorial de Sanidade, Ángeles Feijóo, aclaró que aunque no se trataba de una situación de «alerta sanitaria», esperarían a recibir las mediciones efectuadas por la empresa concesionaria para analizar posibles restricciones de agua en usos domésticos como beber o cocinar. Horas después, los análisis de la compañía Aqualia revelaron que, sin llegar a sobrepasar los parámetros permitidos, los valores de hierro en el agua de Vigo están «al límite» de lo recomendable.

En concreto, y según indicó a Europa Press la jefa de la sección de Sanidade Ambiental, Mercedes Domonte, a la salida de la potabilizadora de O Casal se detectaron unos 514 microgramos de hierro por litro, y en algunos puntos de la red como en el barrio de Canido el parámetro se elevó a los 559, rozando el límite de 600 microgramos a partir del cual se considera que el agua deja de ser apta para el consumo. Ante estos resultados, la Xunta descartó adoptar por el momento ningún tipo de restricción de usos, aunque aseguran que se mantendrán «vigilantes», con el objetivo de garantizar que el consumo de agua no entrañe «ningún riesgo» para los vecinos. En este sentido, Domonte quiso enviar un mensaje «de tranquilidad» a la ciudadanía e insistió en que no se trata de «parámetros tóxicos», sino que el color del agua y el sabor metálico hacen desagradable su consumo.

No obstante, el anuncio del resultado de los análisis desató las críticas del Ayuntamiento de Vigo que, a través de una nota de prensa, acusó al Gobierno gallego de presentar unas mediciones que «no se deben ni a la sequía ni a la depuradora». En concreto, el consistorio olívico apunta que los elevados niveles de hierro están relacionados «con el cambio de un tubo» a consecuencia de unas obras que se están realizando en el barrio de Canido, por lo que el agua de la traída es potable «al cien por cien». «Feijóo sabe que este registro no tiene relación con la potabilizadora, pero es un ventajista, tramposo y mentiroso», recoge el comunicado del concello vigués, que explica además que esta obra «era conocida» por la Xunta. Por el contrario, fuentes de la Consellería de Sanidade afirmaron a Ep que, de ser cierta la versión del municipio gobernado por Abel Caballero, las obras «podrían afectar al parámetro de la turbidez, pero no al de hierro».

Críticas al alcalde

En la rueda de prensa celebrada durante la mañana de ayer, el delegado territorial de la Xunta, Ignacio LópezChaves, advirtió de que Vigo no solo tiene un problema de «cantidad de agua», sino de «calidad» de la misma, debido a que la planta potabilizadora de O Casal «está desfasada» y presenta «deficiencias estructurales» que —explicó— han sido ignoradas durante años por parte del regidor vigués. Según declaró, el consistorio olívico «sabe desde 2010» la situación en la que se encuentra esta planta, «pero no ha hecho inversiones lo suficientemente importantes para poder garantizar que cumple los parámetros que exige la normativa», a pesar de que son los concellos los que ostentan las competencias de saneamiento. «Durante el último año no solo no se ha colaborado con la Xunta, sino que se ha ocultado información esencial que podía haber evitado, o al menos paliado, la situación a la que se enfrenta la ciudad», denunció López-Chaves.

A este respecto, el delegado territorial del Gobierno gallego censuró que, tras la prórroga a la empresa concesionaria Aqualia, Vigo recibió «decenas de millones» que «no invirtió» en mejorar el ciclo del agua, sino en «humanizaciones de calles y losetas», a pesar de que los técnicos venían alertando de la necesidad de mejorar la potabilizadora desde el año 2010. Por su parte, desde el concello de Vigo rechazan este extremo y aseguran que el problema de la sequía en la ciudad es «la falta de agua en la presa de Eiras» y no la potabilizadora, que «en condiciones normales es capaz de potabilizar para Vigo, Moaña, Cangas y Redondela con resultados óptimos».

Otros concellos

Además del barrio vigués de Canido, Sanidade detectó parámetros por encima de lo aconsejado en los municipios pontevedreses de Moaña, Redondela y Soutomaior . Ahora deben ser los gestores de los servicios municipales los que trasladen sus propios datos para confirmar si se ratifican estos parámetros anormales. En caso de que se confirmase que se superan los valores máximos permitidos en las próximas horas, la autoridad sanitaria podría desaconsejar el consumo humano y así se lo recomendaría a los municipios correspondientes, que serían los encargados de comunicar a los ciudadanos la situación. Por el momento, Sanidade ya ha informado a las consellerías de Educación y Política Social para que tengan preparadas medidas alternativas para aplicar en sus centros.

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