Alcoa establece unos servicios mínimos del 100% que obligan a desconvocar la huelga

La decisión del Alcoa de establecer unos servicios mínimos del 100 por cien durante los días en los que el comité de empresa había anunciado paros durante las cuatro horas centrales de cada uno de los tres turnos del departamento de electrólisis han obligado a desconvocar la huelga. Una decisión que, en opinión de los representantes de los trabajadores, esconde la intención del gigante siderúrgico de llevar la planta coruñesa al «colapso técnico». Una estrategia medida al detalle, argumentan, para poder justificar su cierre y evitar así su venta. De este modo, dicen, se garantizaría el aprovisionamiento de aluminio en el mercado español desde su planta de Arabia Saudí y se evitaría un competidor directo.

El escenario no es nada alentador, pues las plantas coruñesa y asturiana que la empresa mantiene aún abiertas siguen sin ser rentables y, aunque en mejores condiciones, la lucense de San Cibrao (genera el 40% del PIB de la provincia) tampoco se libra de la amenaza.

En juego está la viabilidad de ambas factorías frente a un producto procedente de Arabia Saudí fabricado con costes más bajos y que, según denunciaron, ya se está introduciendo en Galicia.

El comité sospecha que los «cambios técnicos en las series de electrólisis» denunciados desde Asturias y La Coruña buscan el cierre de ambos centros de trabajo, ya que a la entrada de material de fuera de la UE se suman unos altísimos costes eléctricos y un bajísimo precio del metal en España. Creen que este es el motivo de que no se haya entregado aún el «plan industrial».

La situación se remonta al año 2014, cuando el mayor productor de aluminio del mundo anunció un expediente de extinción de empleo sobre la totalidad de la plantilla de trabajadores de las dos fábricas. Clave es en este escenario es la ausencia de un marco energético estable y su dependencia de la subasta de interrumpibilidad. Precisamente fue la convocatoria extraordinaria celebrada a finales del citado ejercicio la que evitó el ERE y garantizó un año más de vida para sendos centros. En tiempo de descuento, en 2016 los peores augurios de los trabajadores podrían cumplirse.

Programación «abusiva»

Mientras tanto, la compañía estadounidense se sigue sacando ases de la manga, o al menos eso piensan desde Alcoa en La Coruña, que acusan a la dirección de la empresa de «boicotear» una huelga convocada para denunciar «las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo al personal de electrolisis», según denunciaron desde la sección de la CIG. Cambios que «en ocasiones ni se comunican y llegan hasta a imponer calendarios de trabajo cuando los mismos tienen que ser acordados con la representación sindical», aseguran.

Los trabajadores que tenía programados paros durante sus respectivos turnos se encontraron este lunes, a su llegada al centro coruñés, con que se había fijado una producción de aluminio del 100 por cien de la capacidad, tal y como confirmó el presidente del comité de empresa, Juan Carlos López Corbacho. A través de un comunicado, ya se había denunciado el domingo que los servicios mínimos suponían «el triple» que en alguna huelga de tres días consecutivos, pero que, pese a todo, mantendrían los paros. En ocasiones anteriores y a diferencia de esta última, según expusieron desde la CIG, la dirección negoció con la representación del personal las garantías de mínimos, que se ceñían «al mantenimiento, seguridad de las personas y de las instalaciones».

Tras constatar que los servicios mínimos establecidos eran «tan abusivos» que la dirección tendría que haber contratado personal adicional para cumplirlos, el comité optó por desconvocar la huelga. Eso sí, estudian presentar una denuncia «por todo lo que se pueda», aseguró López Corbacho, tras insistir en que se vulneró su «derecho a huelga, un derecho constitucional».