La familia de la joven A. M. Enjamio, consolada por los vecinos de Boqueixón durante la concentración ayer
La familia de la joven A. M. Enjamio, consolada por los vecinos de Boqueixón durante la concentración ayer - EFE
Violencia de Género

El acusado del asesinato de la joven de Vigo se niega a declarar

El hombre de 38 años y dos hijos, con el que la víctima tuvo una breve relación, pasará mañana a disposición judicial

Se busca por toda Europa al presunto responsable de la muerte de otra mujer en Santiago después de 4 días fugado

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El asesinato de la joven Ana María Enjamio fue declarado ayer a todos los efectos un posible caso de violencia machista. El Juzgado de Instrucción Nº 5 de Vigo, que asumió el caso tras aparecer el cadáver en el portal de la víctima en la mañana del sábado, ha decidido inhibirse en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de la ciudad olívica. Tras realizar una serie de indagaciones, se constató que existió una relación previa entre la fallecida y el detenido, que todavía no ha pasado a disposición judicial y que hasta el momento se ha acogido a su derecho a no declarar en la comisaría.

El acusado de este crimen se llama C.A.O. y ha trascendido que tiene dos hijos y 38 años, trece más que la mujer a la que supuestamente apuñaló en repetidas ocasiones junto al ascensor de madrugada.

Eran compañeros de trabajo en la empresa Cablerías Auto, una auxiliar de la automoción con sede en el polígono de As Gándaras, en la localidad pontevedresa de O Porriño, a cuyo departamento de planificación se había incorporado ella recientemente. Ambos coincidieron en la cena de Navidad esa noche. Ya no estaban juntos. A pesar de que él se habría ofrecido a acercarla a casa, ella declinó. La acompañaron otras amigas. Se cree que al llegar a su portal, el supuesto asesino la estaba esperando para matarla. Sus gritos no lograron alarmar a nadie. Fue encontrada ya muerta con entre ocho y diez cuchilladas.

Sin arma ni teléfono

El juzgado trabaja para recabar todas las pruebas posibles y determinar qué ocurrió. De ahí que el sospechoso no haya sido llamado a declarar. Se apurará el plazo máximo de 72 horas que marca la ley y no pasará a disposición judicial hasta mañana a las nueve, al cumplirse tres días de su detención. Fue arrestado el domingo, después de que se autolesionara —no de gravedad— en las muñecas y el cuello y precisara atención médica. Considerado como «el único sospechoso», según fuentes judiciales, podría enfrentarse a un futuro juicio con jurado popular, pues así lo ha incoado el Juzgado de Violencia sobre la Mujer. Hasta ahora no se han encontrado ni el teléfono de Ana María ni el arma del crimen.

La singularidad del caso explica que no existieran denuncias previas. Tampoco constan en el caso de la segunda mujer fallecida durante el pasado fin de semana en Galicia como consecuencia de la violencia machista: Elena Marcu, de 30 años y nacionalidad rumana. Camarera en un bar de la capital gallega, recibió el viernes de cinco a seis puñaladas —una en el abdomen y al menos tres en el tórax— en el salón de su casa. Tras dos días hospitalizada, falleció el domingo. El sospechoso está en paradero desconocido. El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, informó ayer de que se le busca «tanto en España y Portugal como en otros países de la Unión Europea». Sus antiguos domicilios, algunos fuera de Galicia, han sido ya determinados.

Mientras la Justicia y los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado prosiguen con las pesquisas, este lunes fue una jornada de luto y condena por ambos crímenes en toda la Comunidad. Particularmente emotivas fueron las concentraciones en el concello coruñés de Boqueixón, de donde era natural Ana María y donde reside su familia, y en la firma para la que trabajaba. Cerca de 500 compañeros guardaron un minuto de silencio en O Porriño y en las instalaciones de Valença. Leyeron, además, un manifiesto para rechazar esta «arraigada y dañina» lacra y brindaron su «máxima colaboración» para conocer toda la verdad.

Frente al Consistorio de Boqueixón también se congregaron los vecinos y familiares de la joven, junto al alcalde y a su antecesor, Ovidio Rodeiro, en la actualidad delegado de la Xunta en La Coruña. Los alumnos del CPI Antonio Orza Couto, donde estudió Ana María, portaron carteles de «violencia non» y «tolerancia cero». En la Universidad de Vigo, donde cursó Ingeniería Industrial, también fue recordada. Tanto en Vigo y Boqueixón, como en Compostela, se han decretado tres días de luto oficial. En el bar donde trabajaba Elena, sus allegados colocaron flores. «Ni una muerte más», reclamó el alcalde santiagués, Martiño Noriega.

Ver los comentarios