Manifestación en contra de la violencia machista en Santiago
Manifestación en contra de la violencia machista en Santiago - EFE
INFORME SOBRE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Las actitudes machistas se detectan ya en niños a partir de los 10 años

Las relaciones desiguales entre jóvenes y el regreso a los roles de dominio son uno de los factores que más preocupa

Desde Igualdade recuerdan que 7 de cada diez víctimas de la lacra machista son capaces de salir y retomar su vida

Santiago Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La buena noticia es que el 74 por ciento de las mujeres que se ven atrapadas en la tela de araña de la violencia de género son capaces de liberarse y retomar sus vidas. La mala, que el foco de preocupación está ahora en las nuevas generaciones de jóvenes, abanderas de unos estereotipos machistas que ya se creían superados. Tanto, que se han llegado a detectar comportamientos abiertamente machistas en niños de tan solo 10 años. Detrás de este sucinto resumen de la realidad de la violencia de género en Galicia se esconde una lacra que el pasado año segó la vida de 3 mujeres en la Comunidad. En el último lustro fueron 24 y en la última década el saldo gallego se dispara a 45.

El inasumible total en el conjunto nacional para los últimos diez años habla de 600 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, según revela un informe elaborado por el departamento de Igualdade de la Xunta y presentado ayer.

Poner punto y final a un problema que radica en el respeto depende, fundamentalmente, de la prevención. Por eso el grueso del trabajo de las instituciones se centra en colegios e institutos, donde las campañas contra el machismo y las charlas se han intensificado en los últimos años. La estrategia es clara y busca atajar el conflicto de raíz. Susana López Abella, secretaria xeral de Igualdade, expuso ayer algunas de las líneas que ya se están siguiendo. «Hemos puesto en marcha talleres de coeducación y exposiciones sobre la mala utilización de las redes sociales y los teléfonos inteligentes como instrumentos de control», introdujo para poner el dedo en la llaga, porque España es el país de la UE donde los niños tienen antes un móvil, alrededor de los 11 años. Unos dispositivos que, subrayó Abella, «sin control parental pueden convertirse en un arma muy peligrosa y no sólo en los ámbitos de la violencia y el control de las personas».

En busca de cómplices que planten cara al machismo, Abella también incidió ayer en que se han dado muchos pasos en lo que a sensibilización social se refiere y puso como ejemplo las 400 empresas que se han adherido en los últimos tiempos a un protocolo para detectar la violencia de género y apoyar a esas víctimas dentro del entorno laboral y los 35.000 folletos que se han repartido en comunidades de vecinos para alentar las denuncias ante una sospecha de malos tratos.

Pero lo más relevante sigue siendo la iniciativa de la propia mujer. Atendiendo al informe del 2016, al cabo del pasado año unas 4.000 usuarias marcaron el 016, teléfono gratuito contra la violencia de género. Un 80 por ciento de estas llamadas procedieron de las provincias de La Coruña y Pontevedra y, tan solo un 20 por ciento, de Lugo y Orense. En cuanto a la denuncias presentadas, uno de los indicadores más fiables, las estadísticas muestran que Galicia registró el año pasado 5.683, un 4 por ciento del total nacional. Del mismo modo, a lo largo del 2016 se solicitaron en los juzgados gallegos un total de 1.698 solicitudes de órdenes de protección, de las que un 67 por ciento se resolvieron de forma favorable.

Además de seguir apoyando a las mujeres que son maltratadas para que levanten la voz y señalen a su agresor, la preocupación se extiende también a los hijos de la víctimas. De ahí que el pasado ejercicio se diese en Galicia «un salto cuantitativo y cualitativo» en la intervención con los hijos de víctimas de la violencia machista, con terapias «específicas» tanto en los centros de información a la mujer como en las casas de acogida y el centro de recuperación integral.

Solidaridad con Sesé

Al mismo tiempo que ayer se analizaba la estrategia contra la violencia de género en la Comunidad, los vecinos de «Sesé» —la mujer que murió el pasado febrero en una explosión presuntamente perpetrada por su pareja en Chapela— iniciaron las obras de reconstrucción de la vivienda. Tras un colecta para ayudar a la madre de la fallecida, que vive con el hijo de la víctima en la casa donde se produjo la explosión, constructores y particulares colaboran para restaurar el edificio, muy afectado por la deflagración.

Ver los comentarios