Juicio

La viuda de la CAM asesinada quería cerrar el concesionario dirigido por su yerno, acusado del crimen

El primogénito de la víctima declara que sus hermanas consultaban a Miguel López antes de tomar sus decisiones sobre las empresas

Vicente Sala, este miércoles en la sede judicial donde ha prestado declaración como testigo en el juicio por el asesinato de su madre en 2016 EFE

ABC

El primogénito de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la extinta Caja del Mediterráneo (CAM) Vicente Sala y asesinada de dos tiros en 2016, ha revelado en el juicio que su madre se planteó "seriamente" y "varias veces cerrar", por pérdidas económicas, el concesionario de coches Novocar, que administraba su yerno, el acusado , pero no lo hizo en cumplimiento de la voluntad de su difunto marido.

Ha explicado que ese negocio tuvo pérdidas estimadas en unos cuatro millones de euros en los últimos ejercicios antes de quebrar y dependía totalmente de las empresas de la familia para la renovación de avales, en concreto de Samar Internacional, cabecera de las compañías, dedicada al sector del plástico y con implantación en Sudamérica.

Sala ejerce la acusación particular contra su cuñado al que cree culpable del crimen y este miércoles ha declarado en calidad de testigo en la tercera jornada del juicio con jurado popular, apuntando al móvil económico del único sospechoso.

En esta línea, ha afirmado también que sus tres hermanas recurrían a López antes de tomar decisiones en las empresas familiares.

Asimismo, también ha revelado que a partir de 2011, tras la muerte de su padre, sus tres hermanas quisieron tener más participación en las empresas familiares, mayor protagonismo, "sin tener preparación para ello", y fueron nombradas consejeras delegadas.

Ha incidido en que el acusado estaba al tanto de lo que ocurrirá en la gestión empresarial y ha confirmado que las disputas familiares por el control de las compañías motivaron que María del Carmen Martínez se planteara cambiar los estatutos para garantizar que su primogénito se mantuviera como administrador único de Samar Internacional, pero su asesinato frustró esa posibilidad.

Puñetazo y grito

De Miguel López ha dicho que es de carácter nervioso, "puntualmente agresivo", y ha expuesto que, en una ocasión, dio un puñetazo en la mesa en presencia de su madre y de su tía. En otro episodio, ha añadido, gritó a la víctima de crimen.

Según el hijo mayor de la víctima, el acusado es también una persona que presume de conocerlo todo, como el manejo de armas.

El primogénito de María del Carmen Martínez ha admitido que las relaciones con sus hermanas fueron inexistentes a partir de 2016 y ha detallado que su madre no era una persona que le gustaba hacer ostentación de joyas y dinero -"muchas veces iba en chándal ", ha apostillado-, por lo que no era objeto de codicia para un robo.

En otro momento de su declaración, Vicente Sala Martínez ha relatado que se desplomó al suelo cuando le informaron del asesinato de su madre.

Con anterioridad han comparecido, también como testigos, tres personas que trabajaron en Novocar, dos de las cuales han dicho que la relación que mantenía el acusado con su suegra era, que ellas supieran, normal.

De sus testimonios se desprende que, la tarde del crimen, Miguel López estaba atendiendo en el concesionario a unos clientes y que, además, acudieron a esas instalaciones unos ciudadanos magrebíes para ver vehículos.

Sin embargo, han afirmado no recordar si el acusado se había cambiado de ropa entre la mañana y la tarde del día del asesinato.

El concesionario de coches que cerró posteriormente al crimen que se perpetró en sus instalaciones JUAN CARLOS SOLER

Uno de estos testigos, encargado de lavar los coches, ha relatado que la tarde del suceso vio en el lavadero, cuya luz estaba apagada, a una "persona moribunda, ensangrentada en la cara y el pecho, dando tumbos y de pie " al lado de un vehículo, que resultó ser María del Carmen Martínez.

En un principio, ha agregado, pensó que esa persona se había caído, por lo que fue a buscar ayudar y regresó en compañía de otro empleado.

Entonces, ambos encendieron la luz del lavadero y se percataron de que se trataba de María del Carmen Martínez. Intentaron meterla dentro del coche, pero no pudieron, y se desplomó fuera del lavadero. Al voltear el cuerpo de la víctima, observaron que había casquillos de bala en el suelo.

División de opiniones

Otro de los testigos, que trabajaba en el departamento de ventas en Novocar, ha señalado que toda la familia fue "súper amable " con él durante los 20 años en que estuvo trabajando en la empresa, incluyendo María del Carmen Martínez, de quien ha dicho que era "encantadora", y el acusado.

Una tercera testigo, que estaba empleada como administrativa de ventas, ha informado de que telefoneó a María del Carmen Martínez para que recogiera su automóvil del concesionario, pero ha asegurado que no recordaba el día que la llamó, las veces que lo hizo y el contenido exacto de la conversación.

Sí que ha reseñado que una vez hubo un comentario en la empresa según el cual María del Carmen Martínez se había enfadado bastante porque, en su opinión, no le habían limpiado bien su coche en Novocar. A renglón seguido ha especificado que la asesinada "tenía un genio peculiar ".

Durante la sesión del juicio, el abogado de la acusación particular y la magistrada han protagonizado varias discrepancias y rifirrafes a tenor de los planteamientos formulados por el primero.

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