Y Compromís hincó la rodilla

La gestión en política tiene estas cosas. Si cumples y la cosa sale, parecerá que no haces nada y que todo pasa por el normal discurrir de las cosas. Aún así, la oposición te coserá a “cornadas”. Es como funciona la política. Tan pendientes de los gestos y posturas, siempre habrá alguien que encontrará una excusa, o se la inventará, para sacudir. Pero claro, si tu gestión sobrepasa el ridículo y el desastre jamás conocido, por muy osado que seas, al final se te acaban viendo más las vergüenzas que las costuras , sobre todo por que éstas, las dejaron al aire hace ya mucho tiempo.

El Pleno del Ayuntamiento de Valencia de este jueves escenificó el freno y marcha atrás de Compromís en dos cuestiones de capital importancia, la ampliación del puerto y el caso de la EMT. El alcalde Joan Ribó claudica y no exigirá una nueva declaración de impacto medioambiental. Compromís no puso objeción a la nueva terminal hasta que llegó a la Alcaldía. Y es que como denunció el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez , “ninguno de los los informes del Ayuntamiento solicita una Declaración de Impacto Ambiental, es un tema político”. Además, Martínez recordó al Gobierno del Rialto, tan preocupado por el medio ambiente y la ecología, que a pesar de tanta bicicleta y patinete, todavía contamina bastante más la ciudad que el puerto.

Más llamativa ha sido la decisión en el caso de la EMT para la formación nacionalista. El consejo de la EMT va a aprobar, por fin, el envío del caso del fraude de cuatro millones de euros al Tribunal de Cuentas , algo a lo que se ha estado negando Compromís al considerar que no era el momento adecuado. Es para preguntar a alguno de sus dirigentes cuál era el momento adecuado después de que tres “piratas informáticos” te hayan levantado “solo”cuatro millones de euros para que el Tribunal de Cuentas sea conocedor del caso. Lo de la EMT, Compromís lo ha intentado parar de catorce maneras diferentes pero el fraude y lo que éste ha destapado en la nefasta gestión, se ha convertido en un tren de alta velocidad al que la inercia hace que nada lo pueda parar. La pregunta es a cuantos se va a llevar por delante, que es la cuenta que yo iría haciendo si estuviese dentro.