Presuntos y culpables

Es un adjetivo del que los periodistas debemos tirar con asiduidad, da igual que alguien haya confesado el crimen más execrable posible, mientras un juez no dicte una sentencia negro sobre blanco que condene hechos probados tiene que anteponer tus informaciones.

Presuntos son por por tanto todos los menores detenidos por una violación grupal a una niña de 12 años y una individual a otra de 13 el lunes en una casa abandonada. Las víctimas habían contactado con los presuntos agresores vía redes sociales. Aquí nos quedamos porque desgraciadamente el suceso ocurrido en Burjassot no es, ni mucho menos, un caso aislado.

Padres, familiares, centros educativos, medios de comunicación y por supuesto la Administración debemos poner todas las herramientas posibles para concienciar y educar sobre los riesgos que hay en las redes sociales y los peligros que acechan. Todo empieza con la educación y formación, pero los padres debemos ser conscientes del peligro que entraña que nuestros hijos menores dispongan de un teléfono con acceso a todo sin control parental. Si yo como padre escaneo el teléfono de mi hijo, es mi responsabilidad y mi obligación, les invito a ello.

El problema de fondo es que la falta de valores y sociedad que estamos construyendo es culpa y responsabilidad de todos. Desde esta semana el Gobierno del todavía presidente Pedro Sánchez me dice que como padre tengo potestad para decidir si mi hijo/a tiene teléfono móvil, puedo a riesgo de ser acusado de formar parte de una sociedad patriarcal decidir si una tarde puede salir con sus amigos o prefiero que se quede en casa estudiando, pero ahora que si mi hija, con 16 años, edad con la que no puede pedir una cerveza en un bar o se le recomienda desde la legislación vigente a qué espectáculos puede o no debe asistir, decide abortar no necesitará ni mi permiso ni si me apuran mi opinión. No es el camino, y los resultados, visto lo visto van de mal en peor, aunque para algunos siga siendo sólo presuntamente