Valencia
Tatuajes terapéuticos para mejorar la salud mental de personas que sufren enfermedades en la piel
El proyecto de Arte Salvaje Tania Tattoo pretende facilitar el bienestar psicológico de sus clientes mediante el camuflaje y el adorno de imperfecciones
El fenómeno social de los tatuajes se encuentra al alza desde hace años gracias en parte al éxito que cosecha entre las generaciones más jóvenes. No obstante, tal vez no se haya profundizado lo suficiente en su potencial como tratamiento terapéutico. Al respecto, el centro Arte Salvaje Tania Tattoo de Valencia trabaja con personas que sufren afecciones en la piel, con el objetivo de «recuperar la belleza» y «aportar un bienestar emocional» que «ayude a mejorar la salud mental» de sus clientes.
Tania Dmitrochenko , tatuadora rusa afincada en Valencia con cerca de veinte años de experiencia en el sector, presenta un proyecto que se adentra en «una visión más profunda sobre el «valor terapéutico» de los tatuajes . «Mediante esta iniciativa queremos contarle al público que un tatuaje, además de ser un estilo de vida o un adorno bonito en el cuerpo, también es una alternativa para las personas que padecen enfermedades en la piel», explica.
«Mi objetivo es poder ayudar a mujeres y hombres para que se encuentren más atractivos», especifica Tania a ABC , quien defiende que «los tatuajes aportan múltiples beneficios para la salud mental» y ofrecen un «mayor bienestar psicológico» a las personas que tienen cicatrices postquirúrgicas o quemaduras en la piel.
También defiende que los «tatuajes terapéuticos» pueden resultar una «opción ideal» para mujeres que han sufrido cáncer de mama , estrías postparto, varices o manchas de vitíligo, entre otras afecciones.
«En nuestro estudio desarrollamos diseños únicos creando arte sobre la piel, incluso en las más delicadas, no solo tratando de camuflar las imperfecciones sino convirtiendo el tatuaje en una auténtica joya permanente », subraya la tatuadora con estudios en Bellas Artes.
Entre sus últimos trabajos «artístico-terapéuticos», Tania relata el caso de una adolescente que presentaba varias quemaduras desde el cuello hasta la cintura, que también se extendían por todo el brazo. «Las llevaba desde los cinco años y al crecer comenzó a tener complejos por su aspecto físico y no se encontraba atractiva a sí misma. La solución para ella fue un tatuaje de flores que tapara sus quemaduras», detalla.
Otro caso que impactó a esta tatuadora fue el de una mujer de Zaragoza que presentaba la mayor parte de su cuerpo dañado por una enfermedad dermatológica . «Todavía estamos acabando de pulir nuestra obra de arte en su piel», cuenta Tania, quien explica que esta clienta «no se podía poner minifaldas, ni ir a la playa por un complejo que para ella se convirtió casi en una enfermedad mental».
Un tabú que persiste en la sociedad
Los tatuajes se han consolidado como una manera de comunicación no verbal para expresar corporalmente estados de ánimo, rasgos de la personalidad o experiencias vividas. Sin embargo, Tania considera que todavía se trata de un «tema tabú» sobre el que existen «muchos prejuicios». «Personalmente, el tatuaje es la poesía o la historia que uno quiere contar y otra persona interpreta pintándola en la piel», apostilla.
«Cada año está más naturalizado ver a personas con tatuajes en su piel, gracias en parte a los tatuadores de nueva generación que vienen pisando fuerte tras estudiar Bellas Artes, Dibujo o Diseño Gráfico», comenta la gerente del estudio Arte Salvaje. «Las nuevas tecnologías han permitido utilizar mejores herramientas de trabajo que consiguen perfeccionar mucho más el diseño y el acabado», añade.
