Política

La presidencia de À Punt, un callejón sin salida

El PSPV asume que ningún perfil de los planteados saldrá adelante salvo inesperada colaboración de PP o Ciudadanos

Una de las soluciones que se maneja es el cambio de la ley de la radiotelevisión para que las Cortes puedan elegir un nombre por mayoría simple en segunda o tercera votación

Enrique Soriano y Empar Marco, en las Cortes Valencianas en una imagen de archivo ROBER SOLSONA

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«¿Qué hacemos con la presidencia de À Punt?» parece ser una de las preguntas que más ronda en las cabezas, especialmente del PSPV, durante las últimas semanas. El embrollo es considerable y la solución, a día de hoy, ni siquiera se atisba. Entre maldiciones de la ley que rige la radiotelevisión valenciana, ideas que no llegan a cuajar y un «a nosotros no nos miréis» desde los partidos de la oposición anda el juego, a la espera de que a alguien se le ilumine una bombilla por ahora apagada.

El enredo comenzó a finales del pasado año. Como avanzó ABC , al relevo de Empar Marco como directora general se sumaba un nuevo frente: la marcha del presidente, Enrique Soriano, quien había transmitido a Ximo Puig su deseo de abandonar el cargo. La búsqueda de un nuevo nombre por parte de los socialistas -el grupo del que ha de partir la propuesta- ha resultado hasta el momento infructuosa. Uno de los primeros que se tanteó fue el de Miguel Mazón, tal como informó este periódico , pero según algunas fuentes rechazó la oferta. El que más recientemente se pretendía era el de Josep Ramon Lluch , como publicó Valencia Plaza. Aunque Compromís parece en sintonía con la candidatura y Podemos muestra reticencias que el PSPV considera subsanables, las mayorías políticas requeridas para sacarlo adelante abocan a un bloqueo .

La norma marca que las Cortes Valencianas escogerán al presidente por mayoría de dos tercios (66 diputados). En caso de no obtenerse en primera votación, se realizaría una segunda durante el mes siguiente en la que se requerirían tres quintos (60 diputados). Si tampoco saliera adelante, se llevaría a cabo una tercera votación en el siguiente pleno donde sólo sería suficiente una mayoría absoluta, pero la persona elegida únicamente ostentaría el cargo de forma temporal durante seis meses, de modo que todo el procedimiento se tendría que volver a iniciar hasta que hubiera cuórum.

Los partidos del Gobierno suman en total 52 parlamentarios, por lo que en ninguno de los casos llegarían a las mayorías precisas para aprobar un nombre. Para ello tendrían que pactarlo obligatoriamente con PP o Ciudadanos , que ya han manifestado que no están por la labor de facilitar nada.

Isabel Bonig y Manolo Mata, en una imagen de archivo ROBER SOLSONA

El PSPV se dirige a los populares como socios prioritarios en este tipo de situaciones por ser la primera fuerza de la derecha y porque los acuerdos se han dado en otras ocasiones, como por ejemplo para órganos consultivos. Pero la formación que dirige Isabel Bonig ya ha manifestado que no se trata de una cuestión de perfiles, sino de modelo. Su opinión es que À Punt es un ente sobredimensionado, con una programación que no está adaptada a los tiempos actuales y con un mal funcionamiento desde el principio. Motivos que alegan para asegurar de forma contundente que no van a prestar sus votos .

Los socialistas tienen asumido que así será, y la situación con Ciudadanos no es menos complicada. Por lo que admiten que el acuerdo político resulta muy dificultoso que llegue. Al menos por ahora.

Mar Iglesias, presidenta interina

Convencer a Soriano de que continúe mucho tiempo tampoco es el camino. Aunque su salida fuera posterior a la elección del nuevo director general y pueda aguantar un período de transición razonable para ayudar en la sustitución -si es que se produce- de Empar Marco, sólo supondría estirar los plazos.

Es por ello que el escenario que a día de hoy se ve más probable es el que permite la ley: que la vicepresidenta, Mar Iglesias, asuma las funciones de Soriano y se sitúe al frente de la Corporación Valenciana de Medios de Comunicación de manera temporal hasta que se logre el relevo.

Una solución para conseguirlo pasa, según fuentes socialistas, por el cambio de la norma, que se ha de abordar a partir de febrero en una subcomisión en las Cortes Valencianas. En ella podría alterarse la forma de elección de la presidencia, de modo que en segunda o tercera votación sólo hiciera falta una mayoría simple para el mandato de seis años y el tripartito pudiera dar luz verde en solitario . Modificaciones para las que, en todo caso, también necesitarían de algún partido de la oposición.

Los trabajos de la comisión, sin embargo -y pese a que se pretendieran acelerar- suelen dilatarse varios meses (es fácil que lleguen al año), por lo que un acuerdo en cualquier sentido -tanto en nombres como en ley- es complicado que se alcance a corto plazo.

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