Sociedad

La familia de la joven rescatada en Perú reclama leyes contra las sectas

Patricia Aguilar fue una «víctima» que quiso volver desde que la localizó su padre, quien ahora irá «hasta el final» en los tribunales contra Félix Steven

Alberto Aguilar, el padre de la joven ilicitana captada por una secta en Perú JUAN CARLOS SOLER | Vídeo: Patricia Aguilar y su padre se rencuentras tras haber pasado año y medio secuestrada ATLAS

José Luis Fernández

La familia de la joven de Elche salvada por su padre después de pasar más de un año en una secta en Perú -de donde regresó con un bebé- reclamó ayer normas más duras y una ley contra las sectas, así como protocolos policiales definidos ante casos de desaparición para activarlos de forma inmediata. Noelia Bru, prima de la madre de la víctima, denunció la «total desprotección» ante grupos de «manipulación y persuasión coercitiva» por falta de armas legales al respecto: «Sin leyes estamos perdidos».

Maite Rojas, abogada de la familia, concretó a ABC que la legislación debería contemplar, con todas las garantías legales, « un informe psicológico » a las víctimas de la captación de sectas para saber si están capacitadas para decidir por ellas mismas su pertenencia a estos grupos. «Hay muchas sectas en España, y muchísima gente captada, pero como no hay legislación y esas personas dicen que están voluntariamente, no se hace nada», matizó. «Si la captación psicológica estuviera regularizada, no nos hubiéramos encontrado con todas las trabas que nos encontramos». Entre ellas, la abogada señaló que no había base jurídica para determinar que había delito en la captación de la joven. Además, indicó que, en el caso de Patricia, fue Noelia Bru quien investigó y recabó toda la información que el juzgado remitía a la Interpol, por lo que también pidió que intervengan efectivos de policía especializada en sectas .

Asimismo, Bru pidió formación específica para estas situaciones a los agentes y un observatorio para la prevención «en colegios e institutos» y «centros de ayudas a las familias y a las víctimas».

Protocolo único

Por su parte, Rojas, de la ONG SOS Desaparecidos, abundó en que los cuerpos policiales tienen que intervenir «de inmediato» ante cualquier desaparición porque no existe un «protocolo único» que sí que «facilitaría la localización de la persona en el menor tiempo posible y en las mejores condiciones», en su opinión.

Acerca del caso concreto de Patricia, van a buscar la máxima pena contra Félix Steven Manrique, líder de la secta, que se encuentra en prisión preventiva. «Esperamos que la justicia haga su trabajo. Llegaremos con la denuncia hasta el final y buscando pruebas para que tenga una condena considerable», subrayó, en nombre de la familia.

El padre espera que las acciones legales en curso puedan prevenir de casos similares. «Nosotros intentamos ayudar en lo que podamos para que estas cosas no le vuelvan a pasar a otras personas», subrayó. Mientras se resuelve el proceso judicial, Patricia se recupera ahora de esta experiencia traumática con ayuda de psicólogos y alejada de los focos mediáticos. De hecho, ayer fueron su padre, su prima y la abogada de la ONG quienes ofrecieron una concurrida rueda de prensa sin ella presente y pidiendo a los medios que no la «persigan» ni merodeen en el domicilio para facilitar su regreso a la normalidad.

«Con la ayuda de los psicólogos y, entre todos, a ver si va encauzando su vida, sus estudios, pero todavía necesita tiempo», explicó, quien dejó claro también que desde la primera ocasión en que consiguió verla en Perú, Patricia le dijo que quería regresar a España.

Estudios artísticos

El objetivo es que vuelva a sus estudios de bachillerato artístico en el instituto Carrús, que dejó hace un año y medio. Acerca de su posible contacto en los próximos meses con internet, el medio por el cual fue captada por la secta de Perú, Aguilar se limitó a opinar que «hay que llevar mucho cuidado, porque la red es buena pero también puede tener su doble filo, sobre todo, en los niños, porque son una generación que entiende mucho de internet y los padres, no tanto».

De momento, este «padre coraza», como algunos le llaman por su entrega y tesón para localizar a una hija de la que temieron incluso por su vida, parece resuelto a olvidar esta pesadilla y mirar hacia adelante encariñado ya con su nieta. «Es preciosa, no paro de mirarla. La siento como a mi hija cuando era pequeña. Ahora serán los servicios sociales los que establezcan sus protocolos», añadió.

Ha sido «una alegría inmensa» saber que su hija estaba viva y desde el pasado viernes Patricia y su bebé están en el ámbito familiar y con los parientes más cercanos. «Estamos muy bien, muy felices y encontrándonos» y con Patricia «muy predispuesta» para superarlo todo, aseguró.

Sin entrar en detalles sobre esta experiencia en la selva del país andino, Aguilar se mostró comprensivo y en ningún caso va a «cuestionar» a Patricia, aunque se marchó de casa en enero de 2017, tras cumplir los 18. «Ella es la víctima», insistió.

Recordó que fue el líder de la secta quien contactó con ella y la manipuló antes, cuando era menor de edad. «Estoy preparado para oírla cuando ella quiera», señaló. De momento, la joven no ha contado nada relevante sobre los meses que ha pasado en Perú. «Solo comentarios sobre la comida o el río que pasaba por allí».

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