Sumario del caso Erial

La UCO cree que Juan Cotino participó en amaños de contratos de Eduardo Zaplana

Los investigadores apuntan a la compraventa ficticia de participaciones de la familia del exdirector general de la Policía para pagar sobornos

Eduardo Zaplana y Juan Cotino, en 2001 Eduardo Manzana

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El hallazgo de los papeles que dieron origen a la investigación del caso Erial se produjo en el despacho del abogado del exgerente de la empresa pública Imelsa, Marcos Benavent. El registro tuvo lugar en junio de 2015 por parte de la Guardia Civil en el marco del caso Taula, un procedimiento judicial en el que Benavent se encuentra colaborando y que en principio nada tenía que ver con Zaplana. La sorpresa llegó cuando los documentos correspondían a otras operaciones diferentes e indiciariamente delictivas.

[La juez sitúa a Eduardo Zaplana en el centro de una trama que cobró 10,5 millones de euros en sobornos]

Benavent declaró que se los había entregado en 2012 una persona de origen sirio llamada Imad. Al tomarle declaración también, éste último aseguró haberlos encontrado «abandonados» dentro de un sobre unos diez años antes , alrededor de 2007, en una vivienda en la que residió en alquiler y cuyos propietarios fueron Zaplana y su esposa.

Esta información apuntaba a una «auténtica hoja de ruta» que se siguió para concurrir a las licitaciones del Plan Eólico y de las ITV , evidenciando una posible connivencia a favor de sociedades ligadas al grupo Sedesa -propiedad de la familia Cotino-.

En ella se encontraría Zaplana como el «cerebro». El resumen de la mecánica es que se habrían creado sociedades mercantiles para optar a la adjudicación de los contratos públicos. Las mayores beneficiarias fueron las de la familia Cotino (correspondientes a Vicente y José, sobrinos del exdirector general de la Policía Juan Cotino).

La Guardia Civil hace una mención especial a este último por un correo que aparece dirigido a él en su época al frente de la Policía. Se trata de un documento a ordenador con tachaduras en el que, según la UCO, se establecen los pasos dados para conseguir la contratación de los parques eólicos «con el propósito último» de obtenerla «fraudulentamente» .

A través de esos contratos -uno de los cuales fue a parar a Proyectos Eólicos Valencianos, en la que participarían sociedades vinculadas a los Cotino-, se cobraron comisiones y los fondos se desviaron a sociedades en Luxemburgo .

Para pagar estas mordidas, existirían dos operativas: compraventa ficticia de participaciones y facturación a empresas por prestaciones de servicio inexistentes. El dinero desviado se ocultaba en cuentas con la intención de retornarlo a España a través de empresas (Costera del Glorio, Medlevante, Geodesarrrolos Integrales y Turnis Sylvatica). La Fiscalía y la UCO apuntan a que se ha acreditado la vuelta de 2,9 millones de euros.

Para todo ello, Zaplana se habría valido de nueve sociedades : Imison International, Felix Investment, Inversiones Imison, Servicios de Excavaciones (ahora Asedes Capital), Valenciana de Revisiones, Levantina de Obras y Servicios, Proyectos Eólicos Valencianos, Inversiones Impega y Poinds Net.

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