Turismo

«The New York Times» recomienda viajar a Valencia como alternativa a la «masificada» Barcelona

El prestigioso rotativo estadounidense glosa las bondades de la capital del Turia como destino para los viajes a España

Imagen del Jardín del Turia en Valencia ROBER SOLSONA
Alberto Caparrós

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Valencia está de moda. De hecho, el siempre influyente «The New York Times» recomienda en su guía de viajes para turistas a la capital del Turia como destino para unas vacaciones frente a la «masificada» Barcelona. El prestigioso rotativo estadounidense ha difundido una clasificacióm dirigida a los turistas que se decanten por Europa con seis recomendaciones que sirven de alternativa a destinos especialmente masificados: Ámterdam, Dubrovnik, Praga, Santorini, Florencia y Barcelona.

«The New York Times» se ha fijado en Valencia como alternativa a la «Venecia española» en la que, de acuerdo con sus críticos, se ha convertido Barcelona. El rotativo no escatima elogios hacia la capital del Turia, donde, según describe, «todos los estilos se combinan en la Catedral, construida entre los siglos XIII y XVIII». La guía insiste en que «los puristas de la arquitectura no deben perderse la Lonja de la Seda del siglo XV, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y un impresionante recordatorio de la importancia mercantil de la ciudad».

El principal periódico de Estados Unidos repara en el Central Park español , que califica como «cinta de parques» en el antiguo cauce del río Turia, que a día de hoy constituye el principal jardín urbano de España. El rotativo detalla la reconversión de la ciudad tras la riada que asoló Valencia en 1957 . Historia y turismo combinadas en un parque en el que se destaca la obra arquitectónica de Santiago Calatrava y Félix Candela en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Frente a una Barcelona masificada y copada por el turismo de borrachera, «The New York Times» se decanta por Valencia, ciudad de la que ensalza sus mercados modernistas de Colón y el Mercat Central, que a su juicio se sitúan «entre los más bonitos de Europa».

Imagen del Mercado Central de Valencia MIKEL PONCE

En su alegato valencianista, el periódico norteamericano detalla entre los atractivos de la ciudad sus más de trescientos días de sol al año, su Marina -antigua sede de la Copa América de vela impulsada por la alcaldesa Rita Barberá -, el restaurante del afamado chef Ricard Camarena en Bombas Gens, el lujoso hotel de la playa de Las Arenas o el icónico restaurante La Marcelina, ambos en el célebre barrio del Cabanyal-Canyamelar.

La concejalde Turismo en funciones en el Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez , ha considerado este jueves que el artículo publicado en «The New York Times» sobre esta ciudad supone «una recompensa» a la apuesta hecha desde este departamento municipal por potenciar la capital valenciana como «un destino sostenible y no masificado».

«Para obtener una dosis menos frenética de encanto mediterráneo y cosmopolita, diríjanse 350 kilómetros al sur por la costa hasta Valencia, la tercera ciudad más grande de España, con apenas 2 millones de visitantes al año», propone el rotativo.

Imagen de la playa del Cabanyal-Canyamelar de Valencia ROBER SOLSONA

Así, el periódico glosa que «la región conocida como la huerta de España y la cuna de la paella» tiene un casco viejo «lleno de arquitectura gótica, románica, renacentista y barroca» y una «cinta de parques» que recorre el antiguo cauce del río Turia, culminando en la Ciudad de las Artes y las Ciencias del arquitecto Santiago Calatrava.

El rotativo destaca de la capital valenciana edificios históricos que abarcan varios siglos como la Catedral, la Lonja de la Seda, el Mercado Central y el de Colón, pero también emblemas modernos como el museo del IVAM y los «bulliciosos» barrios de El Carmen y Ruzafa, ahora «llenos de galerías, cafés 'cool' y atractivo arte callejero».

Gastronomía valenciana

Propone también probar la gastronomía local: «Pruebe a comer en uno de los palacios de la paella como La Marcelina , en la playa de la Malvarrosa [en realidad es en la playa del Cabanyal-Canyamelar», señala el diario, o en el restaurante Saiti de Vicente Patiño o el dos estrellas Michelín de Ricard Camarena en la antigua fábrica de Bombas Gens, reconvertida en centro de arte.

«Para los valencianos del siglo XXI, las playas no son un campo de batalla sino un estilo de vida para saborear», indican, remitiendo al puerto, «que acogió la America's Cup en 2007 y 2009 y que disfruta ahora de una segunda vida».

«Evidentemente una ciudad europea con más de 300 días de sol al año, playas interminables , cultura de primera clase, gastronomía y arquitectura nunca estará vacía de turistas, pero Valencia mantiene una onda desapercibida y está felizmente libre de masas de turistas corriendo de monumento en monumento, dejando botellas de plástico y rencor local a su paso», señala el NYT.

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