ERC, hastiada con JpC por «sus deslealtades»

Los de Junqueras se sienten engañados por Puigdemont y aseguran que no cumplen el pacto sobre los diputados suspendidos por el Tribunal Supremo

Roger Torrent y Quim Torra, este lunes en la manifestación a las puertas del Parlamento catalán, pasando al lado de un cartel que les exige la desobediencia a las leyes o la dimisión de los cargos públicos EFE

Daniel Tercero

A mediados de julio, la tensión entre Junts per Catalunya (JpC) y ERC afloró desbocada e inesperadamente con un cruce de acusaciones públicas. El motivo fue la discrepancia a la hora de aplicar el auto judicial del Tribunal Supremo de julio, que suspende temporalmente a seis de los siete diputados autonómicos imputados por rebelión.

Casi tres meses después, las desavenencias siguen sin resolverse. «Estamos cansados de la deslealtad de JpC», aseguran en ERC, que denuncian en privado la última jugada que JpC les ha hecho con la interpretación del auto del juez Pablo Llarena. «Estaba todo pactado y han vuelto a saltárselo», añade la misma fuente.

Este martes, el Parlamento de Cataluña decidió rechazar (con los votos de JpC, ERC, CatComú-Podem y la CUP) la suspensión decretada por el juez instructor del Supremo e interpretar el auto permitiendo (con los votos de JpC, ERC y CatComú-Podem) que los diputados afectados puedan «designar» a otros compañeros de escaño para delegar su voto.

Al margen de las críticas de Cs, el PSC y el PP, partidos que consideran irregular, como mínimo, llevar a votación un auto judicial que es de obligado cumplimiento, la interpretación del auto de Llarena por parte de JpC y ERC está poniendo a prueba la coalición de gobierno en la Generalitat.

Un pacto roto

El pacto entre JpC y ERC consistía, según la dirección de ERC, en que tras aprobar la propuesta en el pleno parlamentario, Carles Puigdemont, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull (los cuatro de JpC) y Oriol Junqueras y Raül Romeva (ambos de ERC) presentarían a la Mesa del Parlamento catalán un escrito «designando» a un sustituto.

Solo minutos después de la operación parlamentaria, Junqueras y Romeva presentaron la petición. Al rato, las alarmas en las filas de ERC volvieron a saltar cuando Eduard Pujol (JpC) confirmó a la prensa que su formación no se da por aludida y no moverá ficha. La sensación en ERC es que, una vez más, han sido engañados por sus socios.

«O todos o ninguno». Esta fue la frase con la que desde ERC resumían en julio la tensión con JpC que se evidenció en público. El grupo que dirige Puigdemont desde Bruselas (Bélgica) pidió que la aplicación de la suspensión del Supremo no afectara al expresidente autonómico. Una condición que ERC no estaba, ni está, dispuesta a aceptar.

Ahora, parece que Puigdemont ha metido un gol a Junqueras. «La presión es para Torrent y para tapar las diferencias en su grupo», lamentan en la dirección de ERC. Otra fuente de este partido consultada por ABC calma los ánimos: «Decir que nuestra relación está al límite es exagerado». Pero el descontento en la cúpula de esta formación es generalizado.

Puigdemont en el horizonte

A esta tensión hay que sumar, además, que el anuncio de ultimátum de Quim Torra, presidente de la Generalitat, a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, para que fije una fecha antes de un mes para la celebración de un referéndum secesionista no era conocido por ERC. «Lo habíamos hablado pero no concretamos una fecha con Torra», añaden desde ERC, que, pese a todo, no están incómodos con el ultimátum.

La tensión entre JpC y ERC sigue sin resolverse. La presión recae, ahora, en Roger Torrent, presidente del Parlamento catalán, que tiene que decidir si acepta la «designación» de Junqueras y Romeva y, por lo tanto, su sustitución; mientras Puigdemont, Sànchez, Turull y Rull mantienen la condición de diputados no sustituidos.

Fuentes de JpC alegan que el Parlamento catalán ha rechazado la suspensión de los diputados y que, por lo tanto, nada les obliga a cambiar su situación. Los cuatro diputados de JpC afectados por el auto del Supremo, en opinión de este grupo, «mantienen sus derechos». También el de reclamar su salario, que tienen congelado desde julio, y de presentar una candidatura a la presidencia de la Generalitat, que es el objetivo último de JpC. Puigdemont en el horizonte.

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