El 'efecto Illa' choca con la realidad y ERC, que prefiere pactar con la CUP antes que con el PSC

Albiach (comunes) pide a Pedro Sánchez que el PSC apoye desde fuera un bipartito presidido por Aragonès

Salvador Illa, durante una rueda de prensa a las puertas del Parlamento de Cataluña, esta semana EP

Daniel Tercero

«Si gano, me presentaré a la investidura». Este fue uno de los ganchos más atractivos de Salvador Illa (PSC) durante la campaña electoral de los comicios autonómicos en Cataluña del pasado 14 de febrero. Illa ganó en votos y empató en escaños con ERC. Pero su victoria, dos semanas después, se muestra tan inútil como la de Inés Arrimadas (Cs) en 2017. El PSC no puede gobernar en solitario, ni solo con los comunes de Jéssica Albiach. Necesita la complicidad (activa o pasiva) de los de Pere Aragonès (ERC), y estos no tienen un solo incentivo que les pueda llevar a pactar con el PSC.

Transcurridos los primeros catorce días desde el 14-F, las negociaciones para formar el próximo Govern catalán las lidera ERC –segundo tras el PSC– y se centran en conseguir el apoyo de la CUP. Aragonès insiste en formar lo que llama «gobierno amplio», que incluya a Junts, la CUP y En Comú Podem (84 escaños), liderado por él mismo. Pero, de momento, los comunes no quieren sumar con Junts, aunque los últimos presupuestos de la Generalitat se aprobaron con un acuerdo entre ambos partidos.

Mientras tanto, el 'efecto Illa' se va diluyendo. El exministro de Sanidad con Pedro Sánchez ha dejado de repetir lo de la investidura, vista la imposibilidad –como siempre defendió Arrimadas–, si el presidente del Parlamento autonómico catalán (que se elegirá antes del 12 de marzo) no lo autoriza, como parece que así será.

Para olvidar esta promesa, el PSC reivindicó la presidencia de la Cámara catalana y puso encima de la mesa el nombre de Eva Granados, portavoz del partido hasta la fecha. Otra propuesta que cayó en saco roto pues, como para formar gobierno, los socialistas necesitan de la colaboración, la negociación y, por lo tanto, la cesión de ERC o Junts. Y ni uno ni otro están por la labor. Todo lo contrario. Aragonès está dispuesto a que el Parlamento de Cataluña lo presida la CUP antes que el PSC.

Para seguir apareciendo como la formación que ganó las elecciones, Illa envió a los partidos con representación, menos a Vox, un documento de trabajo para «aislar a la extrema derecha» de los órganos parlamentarios. Pero el texto no cita a Vox, lo que dio pie a Carlos Carrizosa (Cs) para preguntarle si este cordón sanitario incluye a Junts, con los que el PSC pacta en la Diputación de Barcelona.

El último choque con la realidad llegó este sábado por boca de Albiach. La líder de los comunes pidió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), que el PSC apoye un gobierno de ERC y En Comú Podem, para evitar un ejecutivo solo secesionista. Los socialistas y el 14-F, una victoria sin 'efecto Illa'.

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