Un aplazamiento electoral del 14-F por el coronavirus pondría en riesgo la ventaja demoscópica de ERC

Desde hoy, el «control» de la fecha electoral pasa del Parlament a manos del Govern, con participación de Junts

Pere Aragonès, presidente en funciones de la Generalitat, firmando, ayer, el decreto de convocatoria electoral ARNAU CARBONELL

Daniel Tercero

Ya no hay vuelta atrás. El Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) publica hoy el decreto de convocatoria de las elecciones autonómicas que se celebrarán, si no hay una suspensión por el Covid, el próximo 14 de febrero. Así lo anunció este lunes, Roger Torrent, presidente del Parlamento de Cataluña, dando por concluido el periodo para que la Cámara autonómica escogiese un nuevo presidente de la Generalitat, tras la inhabilitación por desobediencia de Quim Torra en septiembre, y por lo tanto disolviendo el Parlamento catalán que salió de las urnas el 21-D de 2017.

Torrent firmó ayer por la tarde, pasadas las 18.00 horas, la resolución por la que el presidente parlamentario «constata» que, transcurridos los dos meses desde que «comunicó» al pleno la ausencia legal de un presidente de la Generalitat, no hay candidato «para ser investido presidente». Poco después, antes de las 19.00 horas, el Boletín Oficial del Parlamento de Cataluña (BOPC) dio cuenta de la resolución y los servicios jurídicos la enviaron al presidente en funciones, Pere Aragonès, también de ERC, como Torrent, para que firmara la convocatoria oficial que, este martes, aparece publicada en el DOGC: 14-F.

Desde este momento, el tiempo para que los catalanes acudan a las urnas el 14-F está en manos del gobierno catalán, que tiene la capacidad de solicitar a la Junta Electoral Central un posible aplazamiento si considera que la situación sanitaria y epidemiológica no permite la celebración de unas elecciones con plenas garantías. En principio, el gobierno autonómico, así como los partidos que lo forman, Junts y ERC, están por la labor de que la fecha clave se mantenga, sin embargo, con el precedente de Galicia y el País Vasco, se esperará a que pasen las fiestas de Navidad para tomar una decisión, que no será definitiva hasta finales de enero, probablemente.

El efecto Laura Borràs

En cualquier caso, resuelta la primera incógnita, que no era otra que la posibilidad de que un diputado autonómico de Junts encabezara un intento de investidura, para presionar a ERC, la cuenta atrás empieza a correr y todos los partidos hacen cálculos interesados sobre la conveniencia, o no, de un aplazamiento electoral.

Con las encuestas señalando varias claves, ERC es el partido que tiene más interés en que las elecciones no se retrasen. Todos los sondeos dan ganador al partido que lidera, desde la cárcel, Oriol Junqueras y que presenta como cabeza de cartel a Aragonès. Sin embargo, parece que la tendencia alcista ha frenado. Ahora, ERC tiene 32 escaños (por 36 de Cs y 34 de Junts más el PDECat) y el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (el ente demoscópico de la Generalitat), de este mismo mes, los sitúa en los 35. Pero perdiendo uno o dos escaños respecto al sondeo de noviembre y volviendo a los números que se proyectaban entre julio y octubre.

Un hecho parece haber incidido directamente en el fin del crecimiento de ERC, la elección de Laura Borràs como candidata de Junts a las elecciones del 14-F. Borràs ganó las primarias de Junts el 29 de noviembre y es, a todas luces, un contrapunto del candidato Aragonès, al que se le presume un carácter pausado y tranquilo, y una imagen de gestor más que de activista, pese a su currículo político curtido en las juventudes de ERC.

De esta manera, Junts, que sufre electoralmente (de momento solo demoscópicamente) la ruptura con el PDECat (Àngels Chacón, su candidata, y Artur Mas, dando apoyo desde fuera), crece precisamente desde el mismo momento en que ERC paró en seco su ascenso y recupera las mejores perspectivas que el partido tenía desde marzo llegando, ahora, hasta los 32 escaños, a solo tres de ERC.

A Cs y el PSC también podría irles bien una suspensión electoral, teniendo siempre como referencia las encuestas de la Generalitat. Ambos partidos recuperan dos/tres escaños cada uno de noviembre a diciembre. Por contra, a quien se le podría hacer larga la campaña es a Vox, que todos los sondeos sitúan en el Parlamento catalán, con un «techo» de 8 escaños.

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