El arte nacido en Barcelona es tendencia

La nueva corriente comenzó a fraguarse tras la crisis económica

La cantante Johanna Zohler y su grupo Kurepí, protagonistas del festival de música

Ana Luisa Islas

Los días 5, 6 y 7 de octubre se llevará a cabo en el centro cultural La Sedeta de Barcelona un festival de música latinoamericana que ya lleva varios años replicándose en el continente americano y en otras ciudades de Europa. Sonamos Latinoamérica inaugura sede, gracias al esfuerzo de Johanna Zohler, cantante y productora radicada en Barcelona, así como de otros músicos también argentinos, reconocidos de la escena local: Guillermo Gómez Álvarez (guitarra), Pablo Giménez (viento y voz), Pablo Cruz (percusión) y Martín Laportilla (bajo). Todos son miembros del grupo de folclore Kurepí, que recupera canciones de la tradición oral del sur de América y también crea las propias, sobre temas tan actuales como el migrar. Acaban de presentar disco en marzo pasado, El mismo camino, que concluyeron gracias a un Verkami. Kurepí y sus integrantes representan una nueva corriente artística que ha invadido la escena barcelonesa, no solamente musical, sino también en ilustración, grabado, gastronomía, orfebrería, cerámica, bordado y más .

La nueva corriente, que comenzó a fraguarse tras la crisis económica, dista mucho de lo que puede observarse en los museos o salas de conciertos más importantes. Por el desempleo mundial, fueron llegando a la ciudad migrantes desde la periferia, otras partes de España e incluso otros países: Senegal, México, Argentina, Venezuela, Colombia, los Balcanes, Líbano. Tras la crisis, jóvenes súper preparados, al verse en el paro o en trabajos precarios, comenzaron a crear en casa o talleres de coworking en sus ratos libres. Poco a poco, las redes sociales los han posicionado en el gusto del público o han logrado exponer en locales independientes o fuera de la ciudad.

Aunque el arte contemporáneo acapare las galerías de la calle Séneca o Enrique Granados y los museos, en talleres del Pueblonuevo, coworkings de Gracia o galerías de Puebloseco o La Sagrera, los jóvenes han creado nuevos discursos en donde prima lo mundano, lo real, lo del día a día, sin florituras ni conceptos, crudo y en la cara.

Lola Vendetta es un personaje creado por Raquel Riba Rossy, nacida en Igualada en 1990. La protagonista de un cómic y una cuenta de Instagram habla acerca de la menstruación, el machismo y la influencia de los padres en la vida de sus hijos. En un principio, Lola se «vengaba» de todos los que le habían hecho daño a Raquel, un viejo que la «morboseó» en el metro, un novio que no la valoró, y más. La ilustración se volvió para ella una salida en un mundo que le daba la espalda. Este arte, poco presente en los museos, está muy presente en Barcelona, tanto en mercadillos, como en galerías (Diluvio Universal o Las Cosas de Martínez). Algunos de sus representantes: Javirroyo, Agustina Guerrero (de Argentina), Laura Agustí, Elisa Munsó. Como Kurepí, muchos se autoeditaron en sus inicios; ahora, viven de libros, ilustraciones o colaboraciones públicas y privadas.

Así como en la música, el folclore y la recuperación de sonidos o canciones antiguas o clásicas está cada vez más fuerte, con James Rhodes como máximo representante (vive en Madrid, pero su libro Instrumental fue publicado por Blackie Books desde Barcelona) la gastronomía barcelonesa tiene largo rato enfocada en los platos de la abuela, los torreznos y las bodegas vermuteras recuperadas. La omnipresencia de la cocina y la necesidad de una vajilla creada de forma artesana para cada lugar, aunque no solo, ha colaborado a dinamitar también a la cerámica, que no para de crecer en seguidores y creadores variopintos: Lusesita (de La Rioja), Silbando Bajito (Rupit), Motoko Araki (Japón) o Naume Studio, entre otros.

Como la pintura , que reproduce, como en su momento lo hizo el realismo, escenas de casa, de la calle, rostros cansados o excitados, la poesía se ha desatado también, se ha quitado la vergüenza y toca temas que antes se reservaban al hogar, como el duelo o la obesidad. El poemario No te acabes nunca, de María Leach, con ilustraciones de Paula Bonet, habla sobre el camino de la autora para superar el duelo de su marido. Mercedes Abad y su antología de cuentos La niña gorda es también catártica. El arte barcelonés mueve conciencias, en una ciudad y un mundo en donde lo de siempre, blanco, hetero y europeo, no tiene por qué ser la única verdad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación