Peralada presenta una «Flauta mágica» para todos los públicos

Oriol Broggi debuta en la ópera con la célebre obra de Mozart en el festival ampurdanés

Recreación del escenario de «La flauta mágica» FESTIVA PERALADA

Pablo Meléndez-Haddad

Este verano el Festival Castell de Peralada ofrecerá cuatro óperas, dos en concierto y dos escenificadas. La propuesta más ambiciosa es, sin duda, «La flauta mágica», la obra maestra de Mozart que regresa al evento ampurdanés por tercera vez, tal y como recordaba en la presentación del espectáculo el director del Festival, Oriol Aguilà. «Volveremos a contar con la popular “Flauta” en dos únicas funciones, los días 6 y 7 de agosto, en una producción dirigida por Josep Pons, especialista en la obra, y el director teatral Oriol Broggi, que debuta en el género de la ópera. La idea es mostrar una mirada diferente de esta obra maestra. El maestro Pons ha estado a cargo de las dos propuestas más emblemáticas de “La flauta” que se han visto en el país, como fue la de Fabià Puigserver del Teatre Lliure (1983-1984, con más de 200 representaciones) y la de Joan Font para el Liceo».

Pons recordó que ambas propuestas eran «muy diferentes, y ahora llego a mi tercera producción, un número mágico muy presente en esta ópera». El director musical del Liceo, que en esta «Flauta» estará al mando de los cuerpos estables del Gran Teatro, reconoce que la obra «es y representa muchas cosas; música alemana, un cuento, una obra masónica... Seduce a un niño o a un estricto musicólogo. Además está Mozart, con su mundo. Hay una relación tonal con los personajes y su carácter. El compositor empatizaba con casi todos los personajes, los hace cercanos y te conquistan».

La música primero

Oriol Broggi apuntó que en su trabajo ante este debut comenzó siendo un observador, teniendo claro que en este género «la música está primero. Esta obra, además, posee una partitura no superada al tratarse de una obra maestra, y te planteas por qué funciona tan bien y qué sucede con esta música tan especial ante una historia fascinante. Cada nota emociona, por eso la música de esta obra es insuperable, con una fuerza increíble; la obra y la narración se apoyan en ella. La verdad es que tienes que ponerte al servicio de la historia y de la música para explicarla».

Quiere evitar, en su montaje, distracciones innecesarias. «Los cantantes transmiten mejor el sentimiento cantando que actuando: hay que tener claro que no son actores. Habrá que ir jugando una vez se dominen los códigos de la obra. La sensación calidoscópica que proyecta es evidente; me recuerda a “La divina comedia”, llena de dualidades abiertas. Aquí Pamina encuentra el sentido de su vida junto a Tamino. Esa vivencia ha sido el punto de partida. Yo soy Tamino llegando a una selva oscura».

Dice que ve la obra como «un musical cantado, con unos recitativos con frases muy potentes que se tienen que recortar, pero son los que hacen que las pruebas se entiendan». Para enfatizar este aspecto, revela, «hemos puesto a un personaje -un sacerdote del templo- que hace de narrador y que explica qué está pasando, para que cualquiera pueda entender la obra incluso sin haber visto nunca antes una ópera».

Al Coro y a la Sinfónica del Liceo se une un reparto que incluye a dos ganadoras del Concurso Viñas, en 2015 y 2017 respectivamente, las sopranos Olga Kulchynska y Anaïs Constans, además de Mercedes Gancedo, Anna Alàs, Francisco Vas, Liparit Avetisyan, Adrian Eröd, Kathryn Lewek y Andreas Bauer.

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