Las fábulas y leyendas según Disney

Caixaforum Barcelona se adentra en el proceso creativo de de algunas algunas de las películas más universales del arte de la animación

Un dibujo para «Frozen» (2013) ABC

MARÍA GÜELL

Los hermanos Grimm son fuente de inspiración inagotable. Allá por el 1938 la factoría Disney pasaba a lápiz y papel una de sus fábulas más conocidas, «El sastrecillo valiente» (Brave little tailor). Disney presentó una versión mucho más ligera con un giro brillante que hace que se convierta en un pequeño filme que habla de la autoestima y la confianza en uno mismo.

Disney también se fijo en «La liebre y la tortuga» (The tortoise and the hare), original de Esopo. Y en más fábulas que consiguieron llegar a todos los púbicos de la mano de la animación. «El sastrecillo» y «La tortuga» forman parte del apartado Fábulas de la exposición «Disney. El arte de contar historias», que llega al Caixaforum Barcelona donde podrá visitarse hasta el 24 de junio . Después viajará a Madrid, Zaragoza y Palma de Mallorca. En total, la muestra presenta más de 215 piezas entre dibujos, pinturas, impresiones digitales, guiones y «storyboards», además de algunos documentales, que cubren desde los primeros esbozos de «Los tres cerditos» (1933) al éxito de «Frozen» (2013).

Walt Disney y sus sucesivos equipos creativos han acercado la tradición popular y literaria a millones de espectadores. Y la Obra Social La Caixa y Walt Disney Animation Research Library se han aliado para explicar el origen de algunas de las películas más conocidas del estudio . «La Animation Research Library forma parte de los estudios de Disney y su función es conservar y compartir las obras de arte de Disney y sus películas», explica Kristen McCormick, comisaria de esta muestra. Más de sesenta y cinco millones de obras de arte desde los años 20 a la actualidad.

«Lo que queremos es compartir nuestro archivo al que normalmente sólo tienen acceso los equipos de producción», insiste McCormick. Todas y cada una de las películas son especiales pero «tenemos que tener claro que no estaríamos aquí sin el éxito de “Blancanieves y los siete enanitos”».

Disney volvió a inspirarse en los Hermanos Grimm para llevar a la gran pantalla la historia de la niña que llega a casa de los siete enanitos. «Blancanieves» (1937) es la primera película de animación de Disney y su final revisado es más romántico que el original. Esta joya entra dentro del apartado Cuentos de Hadas donde también descubrimos «La Bella durmiente» y «La Sirenita».

La comisaria enfatiza en el mimo con el que se hacen las cosas en Disney y explica que el desarrollo de «La sirenita» empezó en 1938 pero que no se culminó hasta 1989. «La primera versión no llegó a materializarse pero la historia inspirada en Andersen siguió fascinando a los creadores de la factoría y en 1956 hubo un segundo intento fallido para llevarla a la gran pantalla. Finalmente se estrenó a finales de los ochenta. Este filme supone el regreso a la narrativa musicalizada propia de las primeras películas de Disney».

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