Una «app» para la nueva normalidad del taxi

Los taxistas han seguido trabajando, pero priorizando los servicios cerca de hospitales o «Hoteles Salud» y extremando en todo momento la limpieza sobre todo en tiradores, respaldos y datáfonos

Un taxis en Barcelona durante la pandemia INÉS BAUCELLS

Anna Cabeza

La crisis por el coronavirus ha golpeado duramente al taxi de Barcelona, pero no por eso el sector ha dejado de prestar sus servicios para desplazamientos esenciales. Incluso, de manera solidaria gracias al proyecto #taxisolidario , en el que unos 70 profesionales han llevado comida a la parroquia de Santa Anna o hecho de transportistas de medicamentos y otros productos de emergencia, entre otros.

«Es alucinante lo parada que está el Área Metropolitana», expone a ABC Olivier Contel, un taxista que lleva más de 25 años en la calle y sin ningún recuerdo parecido al de estos días. Ahora, solo el 25% de los vehículos puede circular (cada uno de ellos, solo un día a la semana): serían unos 2.000 vehículos circulando, aunque ellos calculan que entre 500 y 700 ya ni arrancan estos días dado el poco trabajo. «Ha habido mañanas que algunos no han facturado ni un euro» , comenta. Con todo, han trabajado, priorizando los servicios cerca de hospitales o «Hoteles Salud», donde hay más faena, y extremando en todo momento la limpieza sobre todo en tiradores, respaldos y datáfonos.

Entre el colectivo, se diferencian perfiles, pero absolutamente todos están afectados por una situación que ha dejado las calles sin potencial pasaje : desde empleados con historiales clínicos de riesgo que directamente han parado motores, autónomos que sobreviven gracias a las ayudas, hasta asalariados cuyos jefes han sido sensibles con la crisis o, por el contrario, les han obligado a trabajar a pesar del justo trabajo y elevado riesgo para la salud.

«Queremos que el taxi salga de la crisis reforzado», defendió ayer la concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Rosa Alarcón, durante la presentación de un plan de choque para el sector consensuado con los propios afectados, el Instituto Metropolitano del Taxi (IMET), que ella misma preside, y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB). La iniciativa contempla el impulso de una aplicación pública y universal para que los usuarios puedan pedir sus servicios desde el móvil.

De hecho, la app era una histórica demanda del colectivo, que ha visto con impotencia el auge de plataformas privadas gracias a la tecnología móvil. La nueva aplicación prevé tener todos los taxis y paradas geolocalizadas y poder contratar sus servicios de manera telemática e inmediata, como ahora hace su competencia más temida.

El proyecto, que será pionero en España, está pendiente ahora de informes jurídicos y técnicos para avalar, entre otros aspectos, las mejores opciones de pago seguro. La intención es que arranque lo antes posible , aunque de momento únicamente se da por hecho que la app estaría en marcha durante este mandato. A día de hoy, se estima que solo la mitad de los taxistas usan aplicaciones o radioemisoras para tener servicios precontratados y el nuevo sistema, que se ha corroborado como especialmente útil en días de estado de alarma, abriría la posibilidad de beneficiarse a todo el sector.

El plan pretende, además, garantizar al máximo la seguridad e incluye iniciativas para ajustar mejor la oferta a la demanda, planes de desinfección o campañas de comunicación. A nivel de higiene, Alarcón avanzó que el IMET está ultimando un acuerdo con TMB para que los taxis se puedan desinfectar con el ozono que ya se usa en las cocheras municipales para desinfectar los buses .

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