Pisarello y Colboni, ayer durante su balance de los primeros dos años de mandato
Pisarello y Colboni, ayer durante su balance de los primeros dos años de mandato - EUROPA PRESS

El gobierno de Colau se ve el «más estable» de toda España

El alcalde accidental, Gerardo Pisarello, defiende que se han sentado «las bases deun gran cambio de políticas»

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Orgullosos de sus logros y con la esperanza de conseguir más diálogo durante el segundo tramo de mandato. El Ayuntamiento de Barcelona de BComú, liderado por Ada Colau y al que el PSC se sumó hace un año, hizo ayer balance de sus primeros dos años al frente de la alcaldía, en los que creen fervorosamente haber empezado a instaurar el cambio que prometían para Barcelona.

«Hemos sentado las bases de un gran cambio de políticas y prioridades, que es sensato y razonable», defendió Gerardo Pisarello, primer teniente y actual alcalde accidental de la ciudad. A diferencia de los líderes de la oposición, que esta semana han reprochado al gobierno Colau su falta de diálogo y su excesiva gesticulación y permisividad con algunos colectivos, Pisarello consideró que «Barcelona está dando un ejemplo de estabilidad».

En una línea similar se mostró el socialista Jaume Collboni, segundo teniente, que acompañó ayer a Pisarello y que destacó que el gobierno municipal «es el más estable que existe en estos momentos en España y en Cataluña». «Otros ni generan confianza ni son estables ni resuelven problemas. El de Barcelona es una feliz excepción», aseguró.

Ambos líderes reiteraron su idea de trabajar en coalición y de intentar conseguir acuerdos con la oposición por el bien de Barcelona, algo imprescindible porque gobiernan en minoría –con 15 de los 41 ediles–. De cara a la recta final de mandato, el gobierno se marca como grandes retos consolidar su lucha contra las desigualdades sociales y avanzar en cuestiones de economía verde y transición energética, así como en aspectos digitales y de innovación tecnológica.

Por otro lado, ayer se supo que se prevé una revisión catastral en Barcelona que aumentará los valores en un 19% de media respecto la base de 2002. Según el Ayuntamiento, el recibo del IBI seguirá congelado a propiedades de menos de 300.000 euros, la amplia mayoría de las que existen en la ciudad. La oposición reprochó el incremento y pidió cuidado a la hora de aplicarlo.

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