Tal como ha informado la UB en un comunicado, la presencia del virus causante de la COVID-19 en dichas fechas probaría que la infección circulaba mucho antes de que se tuviera constancia.
Los investigadores analizaron muestras congeladas de aguas residuales de Barcelona, que revelaron que el 15 de enero ya había presencia del virus, 41 días antes de la declaración del primer caso de COVID-19.
Para llevar a cabo el estudio, expertos analizaron semanalmente muestras obtenidas de dos plantas de tratamiento de aguas residuales de la capital catalana, bajo la premisa de que existen grandes cantidades de genoma de coronavirus en las heces.
"Los niveles del genoma SARS-CoV-2 coincidieron claramente con la evolución de los casos de COVID-19 en la población", ha explicado el coordinador del trabajo, Albert Bosch.
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