El Bicing eléctrico cuenta con 300 vehículos y 46 estaciones
El Bicing eléctrico cuenta con 300 vehículos y 46 estaciones - INÉS BAUCELLS

El Bicing eléctrico de Barcelona no arranca

El servicio tiene una media de 224 usos al día, menos que el total de vehículos que tiene dispuestos por la capital catalana

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Al Bicing eléctrico le cuesta pedalear. Al año de estrenarse, y a pesar de las promesas de Ada Colau de potenciar todo tipo de transporte público –los ciclistas recuerdan el «Necesitamos más pedales y menos motores» que pronunció en su primera reunión del Pacto por la Movilidad– estos vehículos están pasando muy desapercibidos en Barcelona.

A lo práctico, es poco habitual cruzarse con una de estas bicicletas, que se diferencian de las del Bicing habitual por ser blancas. Como además casi todas se dejan en espacios vigilados y fuera de la vía pública –especialmente aparcamientos de B:SM–, son casi invisibles. A diferencia de Barcelona, otras capitales como Madrid, Copenhaguen o San Sebastián han implantado bicis eléctricas con una gran aceptación.

De hecho, 5.886 personas están abonadas al servicio –cifras a 31 de enero–. Son pocos usuarios, al menos en comparación con los 94.913 abonados que tiene el Bicing tradicional, y las usan especialmente para pedalear trayectos que tienen pendientes. Además, desde diciembre de 2014 hasta finales del pasado marzo, cuando arrancó la prueba piloto, al pasado febrero, 3.091 ciclistas han renovado su abono anual.

En marzo, el servicio eléctrico tuvo 6.944 usos, una media de 224 al día, que es inferior a los 300 ciclos que el servicio tiene disponibles por toda la ciudad. Aunque todavía sigue siendo bastante invisible, los viajes se han casi triplicado respecto a febrero de 2015, cuando eran 2.778.

Desde Clear Channel, la concesionaria del servicio, defienden que el Bicing eléctrico «está funcionando muy bien». Pedro Muntaner, su director de operaciones de Smartbike, destaca a ABC que el servicio «ha sido muy buen aceptado a nivel de usuarios. Lo están utilizando en trayectos ascendentes y de larga distancia, tal y como estaba previsto». Además, comenta que a pesar de que el servicio tiene una «cierta complejidad técnica, no ha presentado hasta la fecha incidencias reseñables».

Por otro lado, los ciclistas consideran que el Bicing eléctrico debe ser solo un «complemento» y lamentan que el consistorio no lo haya planteado así ni a la hora de concretar los usos que debe tener ni por el número de vehículos y estaciones implantadas para dar un servicio para toda la ciudad. Albert García, portavoz de Amics de la Bici, destaca que el gobierno de Ada Colau –con quien han entablado varias reuniones– «tiene una estrategia de la bici que celebramos, pero con matices» y siguen a la espera de conocer la concreción de estos planes.

«Licitación más ambiciosa»

De hecho, el número de vehículos no ayuda a su expansión, así como tampoco la cantidad de estaciones. En concreto hay 46, la mayoría ubicadas en el Eixample y Ciutat Vella. Ni bicis ni anclajes van a crecer, al menos hasta de aquí a un año. En marzo de 2017 finaliza el contrato con el actual proveedor y la intención del Ayuntamiento pasa por ampliar la dimensión del servicio con una licitación más ambiciosa, explican fuentes municipales.

El consistorio, que está preparando los detalles de la nueva licitación, ratifica a ABC que quiere que la futura concesión siga incluyendo a las bicis eléctricas y que contemple la ampliación del Bicing –sin especificar si se prevén mejoras para todo el servicio o no–. Habrá que ver si la nueva concesión cumple con las necesidades de la ciudad y las expectativas de los ciclistas.

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