Torra se desmarca de la manifestación de la Diada para evitar su propio 8-M

Temen que las manifestaciones de la Diada independentista se le vaya de las manos a los organizadores y prefieren no exponerse a quedar retratados en esa fotografía. Ni el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ni sus consejeros participarán el próximo 11 de septiembre en las manifestaciones de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Este martes lo han justificado como medida de precaución frente a la pandemia del coronavirus. Torra no quiere que el 11-S se convierta en su propio 8-M , la manifestación feminista celebrada seis días antes de decretarse el Estado de Alarma, y que avaló el Gobierno de Sánchez. La justicia descartó luego que la relación entre aquella marcha multitudinaria y el incremento de casos positivos de Covid-19, pero ahí quedó, al menos como arma política, la imagen de las ministras entre las multitudes. Torra no quiere que un icono semejante acabe siendo su epitafio como presidente de la Generalitat.

Torra lo sugirió hace unos días y hoy martes la consejera de Presidencia y portavoz, Meritxell Budó, lo ha confirmado a preguntas de los periodistas en la habitual rueda de prensa de los martes tras el consejo ejecutivo del gobierno catalán. Por primera vez desde 2012 la Generalitat dejará a la ANC sola en las calles , aunque Budó evitó pedir expresamente a la entidad independentista que desconvoque las movilizaciones. Eso sí, ha apelado a la responsabilidad tanto de los organizadores como de los asistentes para que sean «muy cuidadosos» y eviten aglomeraciones. La portavoz del gobierno catalán, además, ha expresado su «preocupación» sobre todo por las aglomeraciones que podrían producirse tanto en los momentos previos como en los posteriores a las convocatorias. Por eso ha hecho un llamamiento para «evitar al máximo» el contacto físico para intentar «contener los rebrotes».

La ANC se niega a cancelar las manifestaciones de este año pese a la pandemia y se ha limitado a diversificar los actos, que en ediciones pasadas giraban en torno a una convocatoria masiva que aglutinaba a miles de personas. Esta vez, la entidad que preside Elisenda Paluzie reducirá a 200 personas aforo de su acto central en Barcelona –al que no asistirá ningún miembro del Govern– y luego diversificará las manifestaciones en un centenar de puntos de la geografía catalana, la mayoría ante instituciones del Estado en esta comunidad.

El gobierno de la Generalitat, en cambio, ha suspendido todos los actos institucionales de la Diada, con la excepción de la tradicional ofrenda floral al monumento de Rafael Casanovas que cada año se celebra en la capital catalana, en el que sí participarán Torra y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès.