El oncólogo Aleix Prat, jefe de Oncología del Clínic y principal firmante de la investigación
El oncólogo Aleix Prat, jefe de Oncología del Clínic y principal firmante de la investigación - ABC

Un test genómico en el diagnóstico del cáncer de mama evita un 33% de errores en el tratamiento

El análisis biológico del tumor permite «apuntar mejor» en la terapia y predecir la respuesta de la paciente a la misma

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Poner nombre y apellido a un tumor de mama en el momento preciso del diagnóstico permite a los oncólogos apuntar mejor en el tratamiento y predecir la respuesta del paciente al mismo. Es decir, realizando un test genético en ese momento inicial se evita una tercera parte de los errores actuales a la hora de definir el tratamiento. Así lo demuestran los resultados de un estudio publicado en la revista «BMC Medicine» y liderado por investigadores del Hospital Clínic de Barcelona y del Institut de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps).

La investigación, en la que también han participado científicos del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y de la Universidad de Carolina del Norte, constata que los test genómicos realizados en el momento del diagnóstico son vitales para mejorar la estrategia terapéutica ya que «permiten identificar la verdadera biología del tumor y proporcionan información valiosa en cuanto al pronóstico de la paciente, así como la respuesta que tendrá su tumor a la quimioterapia», según explica a ABC el doctor Aleix Prat, responsable del Servicio de Oncología del Clínic y del equipo de Investigación Genómica Translacional y Terapias Dirigidas en Tumores Solidos del Idibaps.

Este tipo de test se utilizan actualmente de forma selectiva una vez se ha realizado la cirugía en pacientes con tumores sensibles a hormonas con el objeto de dedicir si es necesario el tratamiento posterior con quimioterapia. «Se trata de utilizar antes esta herramienta en beneficio de la paciente», apunta Prat, que ya aplica esta técnica en el Clínic. «Como es la misma tecnología, no hace falta aprobar nada, solo tiene que decidir llevarla a la práctica clínica la propia comunidad médica», añade Aleix Prat. Matiza, no obstante, que una vez realizado el test un comité multidisciplinario de expertos decide la mejor estrategia terapéutica y de seguimiento para cada caso concreto.

Análisis de 50 genes

«En la investigación hemos demostrado que analizando 50 genes del tumor, aprovechando la punción inicial para la primera biopsia que se realiza a la paciente, se evitaría la quimioterapia a aproximadamente un 20 por ciento de las afectadas a las que se les ha indicado y no la necesitan y, por otro lado, se indicaría a otro 15 por ciento de pacientes que no la reciben y sí la necesitan», explica el oncológo del Clínic. «En total se corregiría un tercio de errores en el tratamiento», añade el especialista.

En el estudio se han evaluado los datos genómicos y clínicos de 957 pacientes con cáncer de mama, una de las series más importantes de las publicadas hasta ahora, para determinar la capacidad de identificar el subtipo mlecular del tumor y evaluar su utilidad a la hora de predecir la respuesta a la quimioterapia, así como el pronóstico del tratamiento. Según los investigadores, «la biología identificada con datos genómicos es la variable más importante para predecir la respuesta al tratamiento y la supervivencia, más allá de las 4-5 variables que se utilizan actualmente en la clínica».

«A la larga, logramos mejorar la supervivencia porque afinamos mejor en la estrategia terapéutica»

«La técnica es la misma porque es el mismo test que realizamos ya cuando las pacientes han pasado por el quirófano. No obstante, hemos demostrado con el estudio que aplicarlo en un principio, en el preciso momento del diagnóstico logramos, a la larga, mejorar la supervivencia porque afinamos más en el diagnóstico y en la estrategia terapéutica», constata el responsable del Servicio de Oncología del Hospital Clínic.

Según Prat, el estudio abre nuevas vías de investigación en este tipo de cáncer, ya que, según avanza, «estamos evaluando ya cómo los cambios genómicos durante el tratamiento con quimioterapia o con fármacos biológicos nuevos nos pueden ayudar a predecir mejor la respuesta de los pacientes y su supervivencia».

Amplía el abanico de tumores

Por otro lado, la investigación «amplía el abanico» respecto al tipo de tumores indicados para la realización de este tipo de test. «Hasta ahora se han focalizado exclusivamente en tumores de mama hormonosensible ya ahora hemos visto que podrían ser útiles también, por ejemplo, en triples negativos», concluye el investigador. El cáncer de mama triple negativo suele ser más agresivo que otros tipos de cáncer de mama. Los estudios realizados indican que es más probable que este tipo de cáncer se propague fuera de la mama y sea recurrente una vez aplicado el tratamiento. Estos riesgos son aparentemente más elevados en los primeros años posteriores al tratamiento. A medida que pasan los años, los riesgos de padecer cáncer de mama triple negativo recurrente se equiparan a los niveles de riesgo para otros tipos de cáncer de mama.

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