Sergi Doria - SPECTATOR IN BARCINO

Teatrillo de fantasmones

«Los chirinos y chanfallas de hogaño son, claro está, Puigdemont y Borràs. Del teatrillo cervantino al teatrillo secesionista. Todo degenera»

Carles Puigdemont, durante una entrevista en el Parlamento Europeo EFE

Sergi Doria

Miguel de Cervantes, aquel que el fantasioso Institut Nova Història asegura que era valenciano, que escribió el Quixot y que firmaba Miquel Sirvent dio a la imprenta en 1615 sus 'Ocho comedias y ocho entremeses nunca representados'. Una de las piezas, 'El retablo de las maravillas', bebe de un cuento oriental ya recogido por don Juan Manuel en 'El conde Lucanor' y titulado 'De lo que contesció a un rey con los burladores que ficieron el paño'. Hans Christian Andersen también recicló la historia en 'El traje nuevo del emperador'.

En 2004 Els Joglars representaron 'El retablo de maravillas. Cinco variaciones sobre un tema de Cervantes'. En palabras de Albert Boadella : «La paradoja clásica de cómo los cretinos pueden vendernos la nada a costa del temor de sus semejantes a pasar por cretinos».

Que la venta de humo y el faroleo cuenten todavía con adeptos valida el aserto cervantino: «Cada día que amanece el número de los tontos crece». En Cataluña ni siquiera quedan niños para alertar de la desnudez del rey y liberar a sus mayores del embeleco : «Hoy los niños están domesticados, los artistas comprados con dinero público y los filósofos ejerciendo de funcionarios. Así, los retablos campan a sus anchas promocionados por las más altas instituciones y vendidos por los medios de comunicación», advertía Boadella.

Chanfalla y su compinche Chirinos van de pueblo en pueblo con su teatrillo de marionetas para engatusar a los lugareños con supuestas visiones de animales mitológicos, batallas y toda suerte de prodigios. El retablo, explica Chanfalla, lo «fabricó y compuso» el sabio Tontonelo. «Nacido en la ciudad de Tontonela; hombre de quien hay fama que le llegaba la barba a la cintura». Acceder a ese metaverso 'avant la lettre' requiere no ser hijo bastardo y estar limpio, como cristiano viejo, de sangre judía o musulmana.

La Cataluña separatista brinda numerosos epígonos de los pícaros de aquel retablo. Si Laura Borràs –sigue sin dimitir de presidenta del Parlament (155.570 euros)– ya montó su teatrillo de fantasmagoría a costa del diputado Pau Juvillà : fingió desobedecer a la JEC cuando el cupero ya estaba destituido por la secretaría de la cámara, ahora le toca a su jefe Puigdemont , el Vivales que apodó con preclara mordacidad Albert Soler.

Después de las entregas anteriores –el mandato del 1-O, la república de ocho segundos y fuga en maletero a Waterloo–, presenta la enésima versión del 'retablo de las maravillas': el Consejo para la República , su club de fans a diez euros por barba.

La exaltada presidenta del parlamento bis, Ona Curto (Arenys de Mar, 1988), tacha al estado español de fascista y asegura que el Consejo por la República no es como el gobierno de Aragonès al que considera «secuestrado por el autonomismo» . Le acompañan en tan delirante jefatura Joan Puig exdiputado de Esquerra, allanador de piscinas y periodista que apoyó la expulsión de Xavier Rius de las ruedas de prensa del Govern, Maria Costa (Unitat Catalana), Jordi Pessarrodona (Junts) y Assumpció Laïlla (Demòcrates). Este domingo, aprobado reglamento y enmiendas, se procederá al voto del presidente en un pleno telemático que será presencial en lo que llaman 'Catalunya Nord': en la realidad, el departamento francés de Pirineos Orientales.

La fantasía se despliega comisiones y subcomisiones que podrían adscribirse en la tradición del humor absurdo. Ionesco, Béckett y el Groucho de Freedonia salivarían con la sopa de letras: Comisión Legislativa Orgánica (CLO); de Acción Política Interior (CAPI); de Acción Internacional (CAI); de Acción Económica (CEF) y de Acción Cultural (CAC).

En marzo, también en los francófonos Pirineos Orientales, los del maravilloso retablo investirán –clo, capi, cai, cef, cac– al fugado, esta vez con voto presencial. El César Visionario de Amer encarnará la república que no existe (idiota).

Josep Sánchez Llibre visitó a Puigdemont . El dirigente de Foment expresó la inquietud por la huida de empresas y la inseguridad jurídica derivada de unilateralismos y confrontaciones muy poco inteligentes. Al final, fuese y no hubo nada: salvo la confianza del fugado en que, gracias al respaldo de la justicia europea, retornará a Cataluña en seis meses cual vuelo de águila napoleónica.

Imaginemos que esa convicción fuera cierta. El cabecilla del 'otro' gobierno y el 'otro' parlamento catalán sería indultado (improbable) o detenido (juicio y cárcel): ambas situaciones provocarían enfrentamiento social. Por esa movida suspira la mágica Borràs: distrae con gesticulación desobediente su imputación por los trapis del Instituto de les Letras Catalanas . Desnortado por tanta impostura, independentismo revolotea cual moscón en macilenta bombilla.

«El suceso ha sido extraordinario; la virtud del retablo se queda en su punto, y mañana lo podemos mostrar al pueblo; y nosotros mismos podemos cantar el triunfo desta batalla, diciendo: ¡vivan Chirinos y Chanfalla!» rubricaba Cervantes.

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