Sergi Doria - Spectator in Barcino

Sant Jordi, otra forma de pasear

Paseemos, ya que es Sant Jordi, por un mapa de escritores, impresores, librerías y editoriales

Sergi Doria
BARCELONA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Quizá no sea casualidad que Carlos Ruiz Zafón situara el Cementerio de los Libros Olvidados en Arc del Teatre. En una de las esquinas de la calle, a pocos metros de la actual plaza Jean Genet, encontramos el pasaje Gutenberg.

Como explica Jorge Carrión en «Barcelona. Libro de pasajes» -editado, precisamente, por Galaxia Gutenberg-, en 1862 el editor Luis Tasso trasladó su imprenta de la calle Guardia a un local de cinco plantas con sótano, inmensa planta baja para la maquinaria a vapor y almacenamiento de papel y cuatro pisos de doscientos cuarenta metros cuadrados. En el interior de manzana se abrió un pasaje para que los carros de caballos acarrearan la mercancía tipográfica: era el pasaje del señor Tasso; el nombre del impresor acabó denominando el actual pasaje que conecta el paseo de San Juan y Roger de Flor.

El pasaje de Arc del Teatre no perdió su seña de identidad y acabó llamándose Gutenberg: «Del edificio de seis pisos que albergó la imprenta no queda nada. La última vez que paseé había desaparecido también una de las partes del pasaje. La mitad. El pasaje era, pues, una pared que tocar con la mano izquierda, de camino hacia Drassanes, mientras la mano derecha, huérfana, acariciaba el tacto del vacío», escribe Carrión.

Paseemos, ya que es Sant Jordi, por un mapa de escritores, impresores, librerías y editoriales. En la plaza Cataluña, 17 -el solar que ocuparía el banco de España-, abrió en 1924 la Llibreria Catalònia de Antoni López Llausàs, Manuel Borràs de Quadras y Josep M. Cruzet. Antes de trasladarse a la ronda San Pedro, la librería era famosa por su termómetro gigante que marcaba los libros más vendidos o las exhibiciones del «home mosca», un actor que emulaba a Harold Lloyd colgado de un rascacielos. Aquel mismo año, Alfonso XIII asistió a la inauguración del monumento a Jacinto Verdaguer, en la confluencia de Diagonal y paseo San Juan.

Barcelona es un paseo con figuras literarias. Si enfilamos la Rambla no podremos evitar la mirada de Pitarra desde su trona monumental, inaugurada -vaya por Dios- el día de los Santos Inocentes de 1906. Nos toparemos con escritores en la plaza Sant Josep Oriol (Àngel Guimerà), el muelle del paseo Colón (Joan Salvat Papasseit), la calle Princesa, 37 (Santiago Rusiñol), o el parque de la Ciudadela (Aribau, Joan Maragall y Víctor Balaguer).

Ya que es Sant Jordi, recordemos librerías desaparecidas como la Formiga d’Or de Portal de l’Àngel, Argos y la Francesa en el paseo de Gracia... Cinc d’Oros y Àncora y Delfín de la Diagonal. Y edificios que fueron editoriales como Montaner y Simón en la calle Aragón, 255 -actual Fundació Tàpies; la Casa Thomas de Mallorca, 293; Salvat editores en Mallorca, 45... En uno de los ventanales de la Casa Serra (Rambla Catalunya, 126) que hoy alberga la Diputación, veremos un medallón de Cervantes al que arropan don Quijote y Sancho. Hoy que es Sant Jordi, día del bestseller y la novedad, preservemos del olvido a nuestros escritores, libreros y editores de antaño.

Ver los comentarios