Alumnos catalenes realizando las pruebas de Selectividad
Alumnos catalenes realizando las pruebas de Selectividad - ABC

Reaparece la catáfora en la Selectividad catalana

La polémica figura literaria, que causó estragos en las pruebas de 2015, no ha cogido por sorpresa a los 32.055 alumnos que hoy han estrenado los exámenes

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Vuelve la catáfora a la Selectividad catalana. Los 32.055 alumnos que ayer se enfrentaron al primer día de exámenes toparon de nuevo con la controvertida figura literaria que tanta polémica suscitó en las pruebas de hace dos años. Pasaban pocos minutos de las 09.00 horas cuando los aspirantes a universitarios tuvieron en sus manos el primer examen, de Lengua y Literatura Castellana. Podían elegir entre dos textos: «El oro de los Sueños», de José María Merino, y un artículo de Gonzalo Torné, «Buscando a Wally», publicado en el diario El Mundo. La sorpresa de los alumnos que escogieron el primer texto fue mayúscula al ver que les hacían localizar en el redactado una catáfora, recurso literario que se emplea para anticipar la parte de un discurso que aún no se ha enunciado o mencionado.

«Después del lío de hace dos años, la mayoría ya sabemos lo que es», dice a ABC Anna, un alumna que ha hecho las pruebas en uno de los dos tribunales habilitados en la Universitat de Barcelona (UB).

Como en otros años, la impresión generalizada de los alumnos es que la prueba de Lengua y Literatura Castellana ha sido «fácil», con catáfora incluida. «Sabíamos que podía caer y ha caído», indica la estudiante. En las cuestiones sobre las lecturas obligatorias de castellano, los alumnos debían nombrar el subgénero lírico al que pertenece el poema de Miguel Hernández «Yo quiero ser, llorando, el hortelano», incluido en la Segunda antología de la poesía española. Otra de las preguntas consistía en responder en un máximo de cuarenta palabras por qué el protagonista de la novela de Juan Marsé «Últimas tardes con Teresa» es conocido con el apodo de Pijoaparte, informa Efe.

Pruebas «asequibles»

Tampoco fue complicada, según los estudiantes, la prueba de Lengua y Literatura Catalana, la segunda de la jornada. En ella han tenido que responder ante dos textos: un fragmento de «Incerta Glòria», de Joan Sales, y un artículo académico de Anna Lluch Hernández sobre la presencia de las mujeres en el ámbito académico.

Los alumnos han tenido que contestar a preguntas de comprensión lectora, escrita y de reflexión lingüística sobre la novela «La plaça del Diamant», de Mercè Rodoreda, y «Bearn o La sala de les nines», de Llorenç Villalonga.

Durante la celebración de las pruebas, la portavoz del Sindicat dels Estudiants dels Països Catalans, Mercè Terès, ha denunciado que se «deban pagar 107 euros en concepto de acceso a la prueba» y ha reclamado su «gratuidad», además de denunciar los «cambios a medio curso en estos exámenes que ha llevado a cabo la consejería y que han desorientado a los alumnos». Fuentes de CC. OO. consultadas por este diario han criticado los cambios de criterio e improvisaciones en el planteamiento de la prueba y han acusado a las Administraciones de realizarlos «de espaldas a la comunidad educativa».

Los cambios «son mínimos»

En referencia a los últimos cambios, que han impedido escoger la quinta asignatura de entre 4 y no 20 materias como hasta ahora, la mayoría de los alumnos encuestados opina que esto no les afectará demasiado. «Las pruebas han sido prácticamente las mismas. Los cambios no afectarán en nada», afirma uno de los examinados. Sólo algunos estudiantes como Claudia cree que los cambios podrían «bajar las notas medias un poco», y Ainhoa que estos cambios delimitan bastante sus opciones y «dejan menos espacio para hacer lo que nos gusta».

Por la tarde, las pruebas siguen con las materias de modalidad, que son Análisis musical, Economía de la empresa o Química, y Literatura castellana o Dibujo técnico.

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