Muere a los 90 años la actriz Montserrat Carulla

Retirada de los escenarios desde 2016, fue uno de los grandes nombres de la escena teatral y televisiva

Montserrat Carulla, fotografiada en 2011 José Usoz

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Gran dama de teatro y rostro omnipresente en las sobremesas catalanas y en la ficción televisiva, la actriz Montserrat Carulla ha fallecido este martes a los 90 años. Carulla, nacida en Barcelona el 19 de septiembre de 1930, ya se había despedido de los escenarios en 2016 con «La iaia», obra dirigida por su hijo,Roger Peña, y en la que compartía protagonismo con su nieto, Aleix Peña. El escenario, en ese caso, no podía ser otro que el Teatro Romea, el mismo en que el que debutó a principios de los sesenta.

Ya entonces, en aquella despedida de las tablas, Carulla aseguró que le gustaría ser recordada como « una buena trabajadora del teatro y como una actriz que siempre ha buscado la sinceridad del personaje», cualidades que le valieron distinciones como el premio Margarida Xirgu, la Creu de Sant Jordi, la Medalla de Oro al Mérito Artístico y el Gaudí de Honor. Y todo gracias una carrera que, siempre a caballo entre el teatro y la televisión, la llevó del Institut del Teatre a los grandes platós de ficción y de obras como «Poema de Nadal» y «La plaça del diamant» a series de éxito como «Secrets de família», «El cor de la ciutat», «Hospital Central», «Laberint d'Ombres» y «La Riera».

Con todo, para Carulla el teatro siempre fue principio y fin, causa y consecuencia. «El teatro ha sido el padre y la madre de todo lo que he hecho», dejó dicho. Unas palabras que cobran pleno sentido al repasar un currículum escénico el que destacan clásicos como «Mucho ruido y pocas nueces», «Las alegres casadas de Windsor», «Pigmalión», «La gata sobre el tejado de zinc caliente», «Los hijos del Sol», «Don Juan Tenorio», «La dama duende», «El caballero de Olmedo» y «Luces de bohemia» entre muchas, muchísimas otras. «Dedicarme al teatro fue como abrir una ventana y notar un aire nuevo en la cara. El teatro me dio confianza, porque yo era tímida y tenía dislexia, y todo eso lo superé gracias al teatro», rememoraba en el momento de su retirada.

«El teatro me ha forjado como una mujer independiente, segura de mi misma y luchadora. Pero yo no he sido así siempre. Hasta los cuarenta años fui una mujer sumisa y resignada», añadía una actriz que en alguna ocasión explicó cómo tuvo que prácticamente empezar de cero y superar el vacío al que le sometió la profesión cuando se divorció del doblador Felipe Peña.

Madre de los actores Vicky Peña y Roger Peña y suegra de Mario Gas, también dejó su huella en el cine con papeles en «El orfanato», «La ciudad de los prodigios» o «Barcelona, nit d'hivern» y se implicó activamente en el proceso independentista catalán. Tanto es así que, además de colaborar con entidades secesionistas como la Asamblea Nacional Catalana, formó parte de la lista electoral de Junts Pel Sí en las elecciones autonómicas de 2015. A esa época corresponden polémicas como la que desataron sus palabras sobre la inmigración durante la dictadura, cuando aseguró que en los 60 Franco «envió a mucha gente, cargó trenes con gente, para ver si de alguna manera nos diluía», palabras que más tarde aseguró que se habían tergiversado.

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