Un mosso detenido tras una operación antidroga en Tarragona

El agente había hablado por teléfono sobre la venta de un vehículo con uno de los investigados por un juzgado de Reus

Las conversaciones estaban intervenidas por orden del juez y por eso Asuntos Internos detuvo al agente

Un agente coloca las esposas a un detenido / MOSSOS

ABC

Una operación conjunta entre la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra contra el tráfico de drogas en Tarragona se ha saldado con siete detenidos, entre ellos, un agente de la policía catalana , según han confirmado fuentes conocedoras a ABC.

El mosso no guarda relación con el presunto entramado, y la División de Asuntos Internos (DAI) lo puso en libertad poco después. Fue una conversación entre este y uno de los investigados la que levantó las sospechas de la policía.

Y es que el uniformado habría consultado en la base de datos de su comisaría las cargas que pesaban sobre un vehículo que iba a adquirir un tercero. Este tercero resultó ser uno de los investigados por tráfico de drogas, cuyas conversaciones se habían intervenido por orden del Juzgado de Instrucción 2 de Reus .

Por este motivo, al haber aparecido el policía en las escuchas, la DAI lo detuvo el miércoles, aunque no está imputado en esta causa. Se le investiga por un presunto de revelación de secretos, y podría recibir una sanción disciplinaria por consultas indebidas.

Tráfico de marihuana

La detención de este agente se une a las cuatro que el pasado octubre realizó al División de Asuntos Internos (DAI) en Barcelona , en la que los uniformados -uno de ellos en excedencia, y al frente de una empresa de seguridad- estarían implicados en la extorsión a una pareja .

Además, la DAI se encuentra pendiente de culminar la investigación sobre los tres mossos de Santa Coloma de Farners (Gerona), acusados de traficar con marihuana . En esa ocasión, fue un narcotraficante quien los denunció, «harto de la presión a la que lo sometían», según explicó a ABC su abogado Joan Pere Zapata.

El caso, que se conoció el pasado año, se remonta a 2007, cuando el ahora confidente se dedicaba al cultivo de marihuana y los uniformados le ofrecieron «guardarle las espaldas» y permitirle «moverse en ese ambiente con seguridad», a cambio de que les entregase a otros traficantes y les facilitase chivatazos sobre posibles alijos.

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